Turismo en la Ciutada-Estado del Vaticano

Fachada de la basílica de san Pedro

El Estado del Vaticano (Stauts Civitatis Vaticanae), que en el pasado dominó el centro de Italia e inmesas extensiones en Europa, hoy es el corazón espiritual de los católicos en el centro de Roma.

La visita requiere pasar por arcos de seguridad, llevar un vestuario adecuado (nada de minifaldas, pantalones cortos, hombros al aire...) y guardar la compostura durante toda la estancia.

La columnata de la  plaza de san Pedro, obra de Bernini

¿Qué ver?: La basílica de san Pedro (XVI-XVII) es una de las mayores construcciones renacentistas que conozco, proyectada por el arquitecto Bramante, rematada con una cúpula de Miguel Ángel y enaltecida por  la columnata de Bernini (XVI, barroca). En el interior, más lujoso que verdaderamente bello, destacan la Pietà y la Cátedra de san Pedro (obras de Miguel Ángel), el baldaquino (Bernini), la crípta... 

La Piedad de Miguel Ángel

Tampoco puedes perderte los Museos Vaticanos, aunque conviene estar en la cola mucho antes de su apertura al público. La parte pública del Palacio Apostólico es, por sí misma, digna de ser recorrida por sus jardines o lugares como los aposentos de los Borgia, las estancias pintadas por Rafael (de la Signatura, Heliodoro…) la escalera de caracol (XX)… Alberga una amplia selección de piezas arqueológicas  (egipcias, etruscas, romanas...), galerías llenas de interesantes esculturas y es una de las pinacotecas más importantes del mundo, por lo que conviene dosificar las fuerzas para no llegar exhausto a la capilla Sixtina de Miguel Ángel.

Sólo para entusiastas: Se puede visitar la cúpula de la Basílica, desde donde se tienen unas bellas vistas de la ciudad.

Cúpula renacentista de  Michelangelo

Totalmente prescindible: En los Museos Vaticanos puedes olvidarte de las coleccines de arte religioso moderno, filatelia, numimástica... salvo que tengas un especial interés especial por el tema.

Lo más friky y/o kitsch: El exceso de lujo (e incluso lujuria) en la vida diaria de los religiosos y el ambicioso plan de construcción de la basílica de san Pedro produjeron la ruptura del cristianismo (católicos, luteranos, calvinistas, anglicanos...) y nos arrastraron a dos siglos de guerras, represión y sufrimientos, consecuencias que entran en contradicción con el mensaje espiritual del hijo del carpintero. 

¿Dónde comer?: Dentro del museo Vaticano hay un restaurante, donde puedes tomar un café y comer a precios razonables.