El horizonte de Nueva York: viendo más allá sus rascacielos

Gracias a la originalidad norteamericana y al sedimento que dejan sus gentes, provenientes de todos los rincones del mundo, New York City (N.Y.) es un escaparate de cien ciudades diferentes en constante evolución. Incluso, aunque parezca mentira, algunas no existieron nunca, pues sólo son nuestros recuerdos de las películas rodadas en sus calles.

La ciudad de los rascacielos ha creado un urbanismo que enaltece a las grandes corporaciones que los construyeron para empequeñecer al ser humano, por eso no es bella, pero sus siluetas recortadas contra el horizonte la hacen única.

Rascacielos del sur de la isla de Manhattan

Nos centraremos en los principales monumentos de Manhattan y, aun así, hacen falta varios días para llegar a todos sus rincones pintorescos. Para no perder el tiempo, lo mejor es adquirir un pase combinado a los museos y lugares de interés, incluyendo el acceso a algún rascacielos (lo que no impide las largas colas en el Empire State, que desaparecen pagando un suplemento).

La mejor opción para trasladarse por la ciudad, evitando los atascos, es utilizar su red de metro o caminar cuando las sean distancias cortas.

Sus trenes acercan en pocas horas a destinos tan interesantes como Boston, Philadelphia, Washington D.C., es la puerta de entrada para descubrir estados próximos (Connecticut, Rhode Island, Massachusetts, New Jersey, Pennsylvania) y tiene excelentes conexiones por avión con el resto de ciudades de los EE.UU. y el mundo.

Fuerte Clinton

Estatua de la Libertad

¿Qué ver?: En el extremo sur de Manhattan se encuentran los edificios más antiguos de la ciudad, como el fuerte circular de castle Clinton (principios siglo XIX) en Battery Park, desde donde salen los transbordadores con destino a la estatua de la Libertad (1886, uno de los iconos americanos más importantes durante mucho tiempo) y a la isla de Ellis, la aduana por la que entraron miles de inmigrantes a los EE.UU. durante la primera mitad del siglo XX.

New York Stock Exchange

De vuelta a la ciudad y subiendo por Broadway street, detrás de la iglesia y el cementerio de Trinity church (siglo XIX, neogótica) estaba el World Trade center y, hoy, los nuevos rascacielos del One World Trade Center (Freedom Tower o Torre de la Libertad) y los espacios conmemorativos del National September 11 Memorial & Museum y la st. Paul's chapel (siglo XVIII) a las víctimas del atentado del 11 de septiembre y a la labor de los voluntarios respectivamente. Enfrente de la Trinity church un cruce da entrada a Wall street, donde tiene su sede la bolsa, el New York Stock Exchange (principios del siglo XX), y el Federal Hall, el primer Capitolio (XVIII, albergó el Congreso y el Senado).

Empire State

Cúspide del edificio Chrysler

Para llegar al New York más monumental, el de los rascacielos y edificios públicos, hay que tomar algún transporte público hasta las proximidades de la calle W 34th st. con la 5th Avenue, emplazamiento del Empire State Building (1931, art decó en su vestíbulo), subir por la 5th Ave. hasta la New York Public Library (Biblioteca Central) y seguir la E 42th street para ver el impresionante vestíbulo de la Grand Central Station (estación de ferrocarril de principios siglo XX) y el Chrysler Building (1930, art decó).

De vuelta a la Quinta avenida y ascendiendo hasta la W 49th street se encuentra el complejo de edificios del Rockefeller Center: el Radio City Music Hall, la pista de patinaje sobre hielo (en invierno) y la negra torre del G.E. Building (su mirador es conocido como Top of the Rock), mientras que en lacercana 50th st. con la 5ª avenida está la st. Patrick's cathedral (siglo XIX, neogótica).

Central Park

Para conocer los más importantes museos de la ciudad (aunque no hay que intentar hacerlo en el mismo día) se puede empezar por el Museum of Modern Art (MoMA, alberga obras maestras de arte moderno europeo) en la 5th Ave. con la W 50th st., o hacerlo desde de la zona del Central Park (el gran pulmón verde y lugar de ocio de los neoyorkinos), a la altura de la E 82th st., para visitar el Metropolitan Museum of Art (MET, peca por exceso al abarcar

Museo de Historia Natural

demasiado: arqueología, etnografía, decoración, pintura y escultura de todas las épocas), la Solomon R. Guggenheim Museum (para muchos es más interesante el edificio que la colección) o, atravesando el parque hasta el American Museum of Natural History (AMNH, ciencias naturales), entre la W 81th y la W 77th st., para después bajar por Central Park West hasta el Dakota Building y, ver en el Central Park, el Strawberry Fields una glorieta en homenaje a John Lennon.

Sólo para entusiastas: Las posibilidades no faltan y cada cual encontrará el New York que busque, desde una ruta por lugares inmortalizados en películas o series, la visita a los barrios más “étnicos” (italoamericanos, judíos, afroamericanos, hispanos, orientales, eslavos… aunque cada vez más homogéneos), buscar los edificios singulares (Woolworth, Flatiron, Grand Post Office…), visitar alguno de los museos “menores” (serían dignos de ser considerados imprescindibles en otras ciudades) como el Brooklyn Museum, The Cloisters (la subsede del Metropolitan para la arquitectura europea medieval), el Whitney Museum of American Art, la Frick Collection, el Queens Museum of Art, disfrutar de la música gospel en el Harlem o de las producciones teatrales y musicales de Broadway.

Totalmente prescindible: En su día recomendé la visita al Museo de cera de Madame Tussauds en Londres pero, desde ese momento, esa atracción se ha extendido por varias ciudades de los cuatro continentes. Así que si ya has visto uno, seguramente los has vistos todos.

La noche en Times Square

Lo más friki y/o kitsch: En una urbe con construcciones pagadas por varios megalómanos falocéntricos (o personajes con complejo de inferioridad, que para la arquitectura da lo mismo) y leyendas urbanas mas estrafalarias nada es capaz de superar el espectáculo de los turistas viendo la publicidad luminosa en Times Square.

¿Dónde comer?: En la Gran Manzana cualquier lugar y, prácticamente, a cualquier hora se ofrece la gastronomía de calidad, exótica o, simplemente, comida basura. Los precios pueden variar de un lugar a otro y suele ser abundante (hasta llegar a ser excesiva). Otra opción es buscar los mercados de productos frescos escondidos a pocos pasos de las zonas turísticas (por ejemplo en la Grand Central Station).

Un descubrimiento que hice aquí, y que he buscado en otros lugares de este país, son los establecimientos que venden al peso (en el Metropolitan Museum of Art había uno a precio razonable y otro en Battery Place con Washington street), permitiendo ajustar la cantidad a nuestras necesidades y combinar carnes, verduras y frutas a nuestro gusto.

Filadelfia, cuna de la independencia americana

Los turistas suelen considerar a Philadelphia un destino secundario en sus viajes por la costa este norteamericana, lo que la convierte en destino, casi exclusivamente, para estadounidenses en busca de sus raíces históricas. Incluso los pocos extranjeros que van se sienten, erróneamente, fuera de lugar y ajenos a los acontecimientos que allí sucedieron y que han marcado la historia de los siglos XIX y XX. No hay que olvidar que fueron inspiración de la independencia de los países sudamericanos y dell proceso de descolonización y un claro precedente de la Revolución Francesa y de la lucha por la democracia y los derechos humanos.

Independence Hall

A medio camino entre Washington y New York, la ciudad está muy bien comunicada por tren y merece una escapada o hacer una escala entre ambas.

¿Qué ver?: En el Independence Mall se puede visitar los edificios en los que se firmó la Declaración de Independencia y la primera sede del Congreso, el Independence Hall y el Congress Hall. En el Liberty Bell Center se encuentra la Campana de la Libertad, de gran importancia para los norteamericanos como símbolo de su independencia y de la lucha por la abolición de la esclavitud.

Christ Church Burial Grounden

Caminando hacia el National Constitution Center, por la calle N 5th street y girando a la derecha en Arch Street, se llega al cementerio histórico de Christ Church Burial Ground y las tumbas de varios líderes y héroes de la guerra de Independencia, entre ellos la de Benjamin Franklin.

Casas georgianas

Siguiendo por la calle Arch está la casa de Betsy Ross (considerada la diseñadora de la bandera original de los EE.UU.) y, al llegar a la N 2nd Street, se sigue hacia la izquierda hasta las casas adosadas de la calle Elfreth's Alley (siglo XVIII, estilo georgiano) y Quarry Street.

Desandando el camino por la N 2nd Street y llegando a Market puede entrarse en la Christ church (siglo XVIII), la iglesia a la que pertenecían o asistían muchos de los promotores de la Independencia de los Estados Unidos de América.

Casa museo de Franklin Court

Carpenters' Hall

Desde la calle Market, regresando hacia el Independence Mall, la siguiente parada es el Franklin Court, conjunto formado por la reconstruida casa-museo de Benjamin Franklin, su imprenta  y la oficina de correos.

Girando a mano izquierda por S 4th Street, el siguiente destino es el Carpenters' Hall, que acogió el Primer Congreso continental que precedió al proceso de independencia norteamericana.

Eastern State Penitentiary

Sólo para entusiastas: Además de los lugares históricos del centro de Philadelphia, la ciudad cuenta con un paseo de museos que empieza en Logan Square, donde tiene su sede el Franklin Institute Science Museum y la Barnes Foundation (pintura impresionista). Continuando por Benjamin Franklin Parkway se encuentra el Museo Rodin (con la mayor colección de este escultor fuera de Francia) y el Philadelphia Museum of Art (uno de los mejores museos de arte de los Estados Unidos). Muy cerca está la Eastern State Penitentiary, una cárcel de principios del siglo XIX en proceso de restauración y musealización.

Para los lectores de Edgar Allan Poe, la ciudad conserva la casa-museo de este escritor.

Por último es posible acercarse hasta el gran edificio del Philadelphia City Hall (Ayuntamiento) y el cercano, y curioso, edificio de la Gran Logia masónica.

Totalmente prescindible: No merece la pena detenerse en la exposición del Franklin Institute Science Museum, excepto si se va con niños que disfruten de los experimentos interactivos y didácticos que ofrece.

Lo más friki y/o kitsch: La cosa más espeluznante es la Ride the Ducks, un recorrido para turistas utilizando vehículos anfibios que recorren la ciudad.

¿Dónde comer?: Muy cerca del Ayuntamiento se encuentra el Reading Terminal Market, interesante y popular mercado en el que se puede disfrutar de una gastronomía para todos los gustos.

Museos y monumentos conmemorativos en Washington D.C.

Washington Distrito de Columbia nació para ser la capital de los Estados Unidos de América, planificada racionalmente como sede de las principales instituciones del país. Las zonas ajardinadas y grandes avenidas realzan los edificios y monumentos conmemorativos.

 Obelisco George Washington desde el Lincoln Memorial

La arquitectura de sus construcciones no es nada excepcional (no pasa de ser un frio neoclásico), la decoración interior carece de gusto (llega a ser kitsch) y le falta la patina del tiempo (no tienen más de 200 años) pero, en conjunto, tiene algo que escapa a una explicación lógica.

Los norteamericanos visitan los símbolos de su imaginario nacional “endomingados” y con un respeto semejante al que se tiene en recintos religiosos. Tal vez, la importancia política y cultural de los E.U.A. ha hecho que la ciudad no nos resulte indiferente en el resto del mundo.

Los cercanos aeropuertos internacionales son un buen punto de entrada o salida al país, para hacer una ruta en tren que nos lleve a Philadelphia y New York.

¿Qué ver?: La mayoría de los lugares interesantes se encuentran alrededor del National Mall, ocupando el obelisco del monumento a Washington un lugar central.

I have a dream (Martin Luther King)

Comenzando por el extremo más cercano al río Potomac, se ha de visitar el monumento a Lincoln, con la gran escultura sedente del presidente e inscripciones de dos de sus más importantes discursos. A la entrada del templete está la losa con la frase "I have a dream" de Martin Luther King, desde donde pronunció su discurso durante la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad.

Las vistas sobre  todo el Mall son espectaculares, siendo los lugares más próximos el estanque Reflecting Pool, el Einstein Memorial, los monumentos a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y del Vietnam…

Capitolio de los Estados Unidos

Caminando por el Mall se llega al jardín sur de La Casa Blanca, la residencia del presidente, a los diferentes museos de la Smithsonian Institution, de los que se hablará más adelante, hasta el Capitolio de los Estados Unidos, sede del Congreso y el Senado (la visita interior precisa reserva previa). Un pasillo subterráneo comunica con el Edificio Thomas Jefferson de la Biblioteca del Congreso y su fabulosa sala de lectura circular.

National Air and Space Museum

Sólo para entusiastas: La Smithsonian Institution, cuya sede se encuentra en el edificio de piedra rojiza conocido como the Castle en el National Mall, también permite la visita gratuita del National Air and Space Museum (aeronáutica y naves espaciales), y los Museos Nacionales de los Indios Americanos, de Arte y Cultura Afroamericana, de Arte Africano, de Historia estadounidense y el de Historia Natural. La National Gallery of Art (pintura desde la edad media al siglo XIX) muestra una interesante colección de pintura internacional, mientras que el parque que está en uno de sus laterales es un buen lugar para descansar al aire libre rodeado de una magnífica muestra escultórica.

Palco del Ford's Theatre

En Constitution Ave NW, entre la Galería Nacional y el Museo de Historia Natural, puede visitarse el National Archives and Records Administration, donde se exponen los originales de tres documentos fundamentales para la historia de los Estados Unidos: la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos.

Desde allí, atravesando Pennsylvania Ave Nw y subiendo por la calle 10th Street NW, se llega al Ford's Theatre, en el que fue asesinado Abraham Lincoln.

Cementerio de Arlington

Alrededor de la Tidal Basin pueden visitarse los Monumentos a Jefferson y a Franklin Delano Roosevelt, mientras que en el río Potomac se encuentra la Isla Theodore Roosevelt y, cruzando a la otra orilla, el cementerio nacional Arlington, lugar de entierro de muchos veteranos de guerra y del presidente John Fitzgerald Kennedy.

Calle de Georgetown

Abandonando el centro y las visitas culturales, Georgetown ha sabido mantener unas cuidadas casas tradicionales alrededor de la M Street NW. La apariencia pequeña y popular de las residencias no nos ha engañar, estamos en una de las zonas más elitistas de la ciudad.

Para finalizar, y sin ánimo de ser exhaustivos, Washington el listado de los museos de la ciudad queda incompleto sin hacer referencia a otros espacios: la Galería Corcoran (el principal museo privado de arte), el Museo Nacional de Mujeres Artistas, el Museo Hirshhorn (arte moderno y contemporáneo), el Jardín de Esculturas… y algunos edificios oficiales como el United States Department of the Treasury.

Totalmente prescindible: No es necesario ver el National Museum of Natural History si en el viaje se va a visitar el American Museum of Natural History de New York.

Lo más friki y/o kitsch: La gran tarea educativa e investigadora de la Smithsonian Institution queda desmerecida por el local de comida basura en el Museo Nacional del Aire y el Espacio.

¿Dónde comer?: En las cercanías del Capitolio, una posible opción es ir a la estación de tren de Union Station, en cuyos subterráneos hay una variada oferta de establecimientos de comida rápida.