Tánger conserva rasgos de su contacto con Europa al tiempo que es una de las puertas a Marruecos y África, por lo que su mayor interés está en servir de inmersión en la zona a aquellos que queráis conocer el Magreb.
La ciudad está bien comunicada en barco con Tarifa (un recorrido en menos tiempo pero que se suspende en la época del paso del estrecho) y Algeciras.
Antes de iniciar el viaje debéis escoger si queréis hacerlo organizado o por vuestra cuenta, pues las dos opciones cuentan con ventajas e inconvenientes. Si optáis por la ruta organizada podéis contratar el viaje con la empresa FRS, que os dará una vuelta rápida y aséptica sin que podáis parar en ningún lugar ni entrar en contacto con sus habitantes (tengo la sensación que había policías de paisano delante del grupo que cerraban el paso a los que querían acercarse o pasaban por allí a cambio de una propina al final del recorrido). El viaje por libre tiene la ventaja de que podréis ira vuestro antojo, si la presión de los vendedores ambulantes y dueños de bazares no lo impide, un buena experiencia para curtirse y continuar viaje hacia otros lugares donde seguramente serán más insistentes.
¿Qué ver?: Puedes pasear por las estrechas calles de la medina, con sus casas pintadas de blanco. También puedes recorrer el Gran Zoco, un mercado de productos típicos de la zona y ver la mezquita de Sidi Bou Abid con su minarete de cerámica.
Sólo para entusiastas: En el antiguo consulado de los EE.UU. encontrarás un museo con colecciones de pintura, grabados, fotografías y mapas antiguos. Otro museo, dedicado a las artes marroquíes lo encuentras en el antiguo palacio del Gobernador o Dar el Makhzen. El cercano Dar es-Shorfa es el museo arqueológico de la ciudad.
En el barrio Marshan encontramos el Café Hafa, que data de 1921, en el que varias terrazas bajan hacia el Mediterráneo ofrece vistas del estrecho. El bulevar Pasteur es una vía principal de la ciudad con edificios de principios del siglo XX. La plaza de la Alcazaba tiene una interesante vista del puerto y gran parte de la bahía.
Alejados de la ciudad encontramos el Cabo Malabata (10 km) con unas buenas vistas del estrecho de Gibraltar y el cabo Espartel (14 km) rodeado de un bosque en el que conviven especies atlánticas y mediterráneas. También encontramos las grutas de Hercules (18 km) o el pequeño puerto pesquero de Ksar el Seghir (33 km).
Nativos: Los comerciantes de la ciudad conocen los precios que se pagan por las mismas artesanías en Europa y es su precio de partida, no dudando en mostrarse enfadados y ofendidos ante las propuestas inferiores. Si vas en ruta guiada olvídate de la posibilidad de regatear, pues te llevan a lugares concertados y los vendedores ambulantes que te acompañan todo el recorrido seguramente son del mismo bazar. Si vas por libre, seguramente tendrás más posibilidades de obtener un buen precio regateando, pero para ellos el hecho de tocar o simplemente mirar una pieza es síntoma de un gran interés por tu parte, e insistirán todo lo que puedan para que te la lleves. Si no quieres perder tiempo siempre tendrás la posibilidad de comprar antes de embarcar en un puesto ambulante que hay en el puerto.
Algunas imágenes tomadas de Wikimedia Commons.
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