sábado, 15 de agosto de 2009

Brussel - Bruxelles - Bruselas



La arquitectura de Bruselas no empequeñece ni abruma a sus visitantes y podemos pasear por ella disfrutando de una selección de edificios góticos, renacentistas y "art nouveu".

Con la Brussels Card podrás viajar gratis en el transporte público y entrar en la mayoría de los museos de la ciudad.




Desde la Estación Central de Bruselas puedes ir en tren a  Leuven (Lovaina), Gend/Gand (Gante)... o hasta destinos algo más alejados como Brugge (Brujas), Antwerpen (Amberes), Paris...

¿Qué ver?: Sobre todo es una ciudad para pasear por la Grand Place (también llamada Grote Mark) con su Maison du roi (o Broodhuis, neogótica del siglo XIX, museo de la ciudad), el Stadhuis (gótico del XV, Ayuntamiento), los edificos de los antiguos gremios y las calles de los alrededores. Tampoco podemos dejar de visitar la catedral. A las afueras encontramos el Atomium (ya que se está allí, no os perdais su interior).





Sólo para entusiastas: Las ruinas del antiguo palacio Coudenberg. El museo de Arte Antiguo y Moderno, con una interesante colección de pintura flamenca, cuadros de Peter Bruhegel y Peter Paul Rubens. El museo del Cincuentenario (arqueología). El museo del Cómic, centrado en la obra de los dibujantes belgas. La colección del museo de los Intrumentos de Música. El Autoworld (coches). Si vas con niños puedes visitar el museo de Ciencias Naturales con sus completos fósiles de dinosaurios y Europa en miniatura, un paseo por los edificios más representativos de todos los paises de la Unión Europea.

Totalmente prescindible: El Palacio de Justica, salvo que quieras hacer una foto panorámica del centro. El jardín Botánico.

Lo más friki y/o kitsch:
El Manneken Pis esa estatua de bronce de un niño orinando... ¡¡¡ al que además disfrazan!!!, el parque de Europa en Miniatura y el edificio del Parlamento Europeo, fiel reproducción del envase de una conocida marca de queso.


Leuven - Louvain - Lovaina


La visita a la Lovaina nos permitirá disfrutar, alejados del bullicio turístico de otros destinos, de la antigua ciudad universitaria y de un día en la vida de sus habitantes.

En los alrededores de la población también pueden visitarse lugares como los castillos de Arenberg y de Horst, las abadías de Vlierbeek y del Parque, iglesias y capillas de san Martín, san Pedro, Nuestra Señora de Steenbergen, san Lamberto o bosques como el de Heverlee y Meerdaal.

Para llegar a podemos utilizar alguno de los frecuentes trenes que nos llevan a ella desde el Aeropuerto o Bruselas.

¿Qué ver?: En la Grote Markt (plaza Mayor) encontramos la iglesia de sint-Pieterskerk y los impresionantes edificios del Stadhuis (Ayuntamiento) de estilo gótico flamenco y el Tafelrond reconstrucción neogótica del edificio anterior.

La Universidad ha proporcionado a la ciudad construcciones de diversas épocas, por lo que no podemos dejar de pasear por lugares como la Biblioteca, la Universiteitshal (Rectorado de la Universidad) que en pasado estuvo destinada al comercio de paños, los jardines de la Faculteit Letteren en Wijsbegeerten (Facultad de Filosofía), o colegios universitarios: Paus, Maria-Theresia, Van Luik, Van Dale, Van de reilige Ivo, Americans Collage, Virgilius Collage, Iers collage, Koningscollege, Heilig Geestcollege, Drievuldigheidscollege, Lusemburgcollege, Villerscollege, Busleydencollege…

Aunque está algo alejado del centro la visita al Begijnhof (Gran Beaterio) es imprescindible, pues es uno de los más impresionantes de Bélgica por su belleza, extensión y excelente estado de conservación. Cerca de allí también se encuentra la iglesia gótica de sint-Kwintenskerk.

Finalmente en la Oude Mark (plaza Vieja) se suceden las fachadas de las casas típicamente belgas.

En nuestro recorrido no podemos dejar de estar atentos a algunas de las esculturas que encontraremos, dedicadas en ocasiones a personajes célebres como Erasmo, un cómico del siglo XV llamado Paepe Toon o con un tono provocador y divertido como la Fons Sapientiae o la Kotmadam.

Sólo para entusiastas: El Stelijk Museum Vanderkelen-Mertens (Museo de la Ciudad) alberga piezas arqueológicas relacionadas con la ciudad y salones reales del siglo XIX.

Al lado de la Sint-Geertruiabdij (antigua abadía de Santa Gertrudis) podemos visitar el Museo de los Scouts.

Existe la posibilidad de visitar otro beaterio más pequeño llamado Klein Begijnhof.

En cuanto a edificios religiosos encontramos iglesias y capillas de diversas épocas como la sint-Michielskerk, la sint-Geertruikerk, la kapei van Onze Lieve Vrouw ter Koorts, la sint-Antoniuskapel...

Lo más friky y/o kitsch: El doble sentido de esculturas como la Fons Sapientiae, en la que un estudiante se empapa del conocimiento (¿o cerveza?) vertiendo líquido sobre su cabeza vacía, o la Kotmadam, representación de una tabernera (¿o prostituta?) cansada después de servir a los estudiantes.

Gent - Gand - Gante


Gante (Gent/Gand) es una ciudad de canales por la que podemos pasear y perdernos para encontrar pequeñas maravillas. Tiene buenas comunicaciones en tren desde Bruselas, aunque para ir desde la estación al centro se tiene que coger el tranvía o autobus, y desde ella se puede continuar con destino a Brujas.


¿Qué ver?: Su plaza con las torres de la catedral, la iglesia de sint-Niklaaskerk (San Nicolás) y la Lonja con su campanario. En las inmediaciones podemos encontrar la fachada del Rathaus (Ayuntamiento). Tampoco hemos de dejar de pasear por las calles contiguas a los canales, donde en cada época del año podemos ver bonitos paisajes en cualquier momento del día y edificios como la Groot Vleeshuis (Lonja de la carne).

Sólo para entusiastas: El interior de los dos castillos, el de Gravemsteen (castillo de los Condes de Gante) y el Geeraard de Duivelsteen (castillo de Gerardo el Diablo). En la catedral se puede ver el famoso cuadro "El cordero místico".

Lo más friky y/o kitsch: Conservan un cañón del siglo XVI, llamado cañón de Margarila la Loca, cuyo interior ha servido de cobijo a borrachos que no podían llegar hasta su casa.

Brugge - Bruges - Brujas


Brujas es una ciudad de canales, por la que podemos pasear y perdernos para encontrar pequeñas maravillas. Sorprende la sensación de seguridad que transmite, con calles de casas bajas en las que no se ven ¡¡¡ni persianas ni rejas!!!. Tiene buenas comunicaciones en tren desde Bruselas o Gante y Oostende está a muy poca distancia. Recomiendo hacer el trayecto desde la estación al centro en autobus urbano.

¿Qué ver?: No podemos perdernos las plazas del Mark con su gran torre y del Burg, con las imponentes fachadas del Rathaus (Ayuntamiento) y de la basílica de la santa Sangre. Tampoco hemos de dejar de pasear por las calles contiguas a los canales, donde en cada época del año podemos ver bonitos paisajes en cualquier momento del día. Fuera del centro es interesante visitar el Beaterio (Begijnhof cerca de la calle Wijngaardstraat) o los molinos de viento (calle Kruisvest). 


Sólo para entusiastas: En el interior del Rathaus encontramos una impresionante sala gótica. La ciudad cuenta con varias iglesias como la de st. Salvators (San Salvador) o la de Nuestra Señora, donde se conserva una escultura de Miguel Ángel. También puede ser interesnate recorrer el recinto del antiguo hospital de Oud sint-Jan.

Lo más friky y/o kitsch: En la basílica de la santa Sangre afirman tener unas gotas de la sangre de Jesucristo.

¿Dónde comer?: Una opción interesante es mirar si ese día hay mercado en el Burg, donde se puede comprar carne asada y dulces.

Oostende - Ostende



Las reformas de principios del siglo XX hicieron destruyeron el pasado de Ostende como fortaleza amurallada surcada por canales. Las dos guerras mundiales también acabaron con gran parte del encanto que tenía para la burguesía, que la había convertido en su destino de playa en la costa de Bélgica. La posterior reconstrucción tampoco fue generosa con la ciudad dando como resultado unas calles con el típico trazado y edificios de cualquier población turística. Pese a todo, seguramente en ella pueden encontrarse actividades y lugares de interés.

Ostende se encuentra muy cerca de Brujas, por lo que es posible ir en tren o incluso hacer una ruta en tranvía por la costa flamenca, visitando otras localidades: Knokke-Heist, Duinbergen, Zeebruges, Blankenberge, De Haan, Wenduine, Bredene, Middelkerke, Westende, Nieuwpoort, Oostduinkerke, Koksijde, Sint Idesbald, De Panne.

¿Qué ver?: Lo que hace singular a la ciudad es que parte de su puertos deportivos y pesqueros, restos de los antiguos canales que surcaban la ciudad, se adentran en la ciudad, por lo que no hay que dejar de pasear por las calles que dan a sus muelles: Vissersplein, Visserskaai, Sir Winston, Vindictivelaan, Leopold III Lann, permaneciendo atentos al movimiento de sus puentes para permitir la salida de los barcos.

También hay que recorrer la playa entre el
Balneario y las Galerías Reales, viendo las casetas de baño inspiradas en las de principios del siglo pasado.


Finalmente, hay que acercarse hasta los parques de Leopold Park para ver un bonito reloj floral y el de Koningsparck para ver un interesante jardín japonés.

Sólo para entusiastas: La vinculación de la ciudad con el mar se aprecia en el hecho que dos de sus monumentos más importantes son barcos: el Mercator, un navío de tres mástiles conservado en su estado original y L'Amandine un pesquero que surcaba los mares de Islandia. Para profundizar en la relación de sus habitantes con el mar se puede ir al Museo de Historia Local De Plate.

En el
Raversijde podemos ver restos arqueológicos de un poblado medieval; el palacio Memoriaal Prins Karen con colecciones de cuadros y una exposición biográfica sobre el príncipe que lo habitó; y el Atlantikwall, conjunto de fortificaciones de las dos guerras mundiales.

En el otro extremo de la ciudad también encontramos un
Fuerte pentagonal de las guerras napoleónicas y algunas casamatas de defensa costera del siglo XX.

Si se viaja con niños y llueve, puede aprovecharse el día para ir al
Earth Explorer, un museo de la ciencia que combina pequeños experimentos y atracciones relacionados con el fuego, huracanes, los volcanes y terremotos…

La ciudad cuenta con otro gran parque: el
Maria Hendrikapark e incluso un Hipódromo Wellington.

La
iglesia de saints Pierre et Paul es una reciente construcción neogótica, que esconde, detrás del ábside, la verdaderamente interesante Torre. Otras iglesias en la ciudad son la des Capucins, Notre Dame des Dunes

Totalmente prescindible: El Acuario del Mar de Norte situado en el puerto.


Lo más friky y/o kitsch: En la Wapen-plein se eleva la tour du Carrillon y el centro comercial anexo que imitan burdamente los ayuntamientos y torres típicas de Flandes.

¿Dónde comer?: Uno de los lugares más originales son los puestos de pescado y mariscos en el muelle de Visserkaai.