Monumento a Quijote y Sancho |
Cuando nos planteamos viajar por Castilla La Mancha, ante la imposibilidad de abarcar toda la comunidad de una vez, pensamos en alguna propuesta asumible. Con el mapa delante y refrescando nuestros conocimientos de historia, nos pareció que las provincias del sur ofrecían un interesante hilo conductor y unos flecos nada desdeñables.
Recorreremos un activo frente de combate entre los reinos de Castilla-León, las taifas desmembradas del califato de Córdoba y las oleadas almorávides / almohades, donde el territorio cambió de manos en diversas ocasiones a lo largo del siglo XII.
El esfuerzo de guerra superaba la capacidad de los monarcas cristianos y mientras que, en la repoblación del valle del Duero, las ciudades jugaron un importante papel o se favoreció a los pequeños y medianos propietarios, al proseguir por los del Tajo y el Guadiana se benefició a las órdenes militares y la alta nobleza. Convertidos en grandes terratenientes, sin contrapoderes y con desmesurados privilegios sobre los habitantes introdujeron un sistema feudal tardío que se repetiría durante la invasión de Andalucía, Murcia, Canarias y América.
En esta ocasión, salimos de Valencia y, kilómetros adelante, llegamos a la frontera entre la Comunitat Valenciana y Castilla La Mancha para advertir la existencia de un cañón que nos era desconocido. Con posterioridad lo identificamos con la Reserva Natural de las Hoces del río Cabriel (Gorges del Cabriol) y, por no prestar suficiente atención durante la preparación, nos perdimos estos barrancos y las formaciones geológicas de crestas rocosas (Chuchillos o Cuchilleras).
Meandro del Júcar en Alarcón |
Torre de Alarconcillo |
Castillo de Alarcón |
Franqueando la puerta de la muralla, rebasamos la iglesia de la Santísima Trinidad (siglos XIII-XVI) y subimos hasta la plaza mayor, emplazamiento del palacio del Concejo (XVI, Ayuntamiento) y san Juan Bautista (XVI, las naves se tranformaron en lienzo del pintor Jesús Mateo). Las calles llevan a santo Domingo de Silos (ábside y portal románicos del XIII, actualmente, auditorio), la iglesia de santa María (XVI, plateresco) y un aparcamiento desde donde se obtiene otra perspectiva de la puerta del Río, Alarconcillo y la torre del homenaje.
De vuelta al itinerario, Castillo de Garcimuñoz fue la residencia habitual de Don Juan Manuel durante los últimos años de su vida. La fortaleza es posterior y, tal y como le ocurre a la de Villaescusa de Haro, solo conserva los muros.
Castillo de Belmonte |
El tesoro de Belmonte es el castillo gótico-mudejar (siglo XV), construido para resistir el fuego de la artillería y disfrutar el refinamiento cortesano. El exterior se mantiene fiel a sus orígenes y en el interior se alternan los artesonados de madera originales con recreaciones decorativas del XIX.
En el promontorio opuesto, el Alcázar Viejo (siglo XIV, rehabilitado como hotel) era otro de los palacios de Don Juan Manuel, cuyos dominios abarcaban desde aquí a Villena (Alicante) y Hellín (Albacete). Del edificio original queda poca cosa, pero es buen sitio para ver parte de las murallas que rodeaban la localidad, acercarnos a la colegiata gótica de san Bartolomé (XV) y la calle donde nació el poeta y humanista Fray Luis de León, una personalidad contrapuesta a Don Juan Manuel, tanto por su origen plebeyo y converso como por su actitud ascética.
Según nos alejamos de las estribaciones de la serranía de Cuenca, la meseta se asemeja a las grandes llanuras de los Estados Unidos y, en algunos momentos, la carretera parece la Ruta 66 atravesando Missouri, Kansas u Oklahoma. Dejando a un lado las dimensiones, comparten un paisaje de cultivos que se pierden en el horizonte, la abundancia de industrias de trasformación agrícola-ganadera y servir de paso entre una gran ciudad de interior y la cálida costa.
En un espacio, aparentemente, tan poco exótico se desarrolló la mejor “road movie” de la literatura mundial en la que Quijote y Sancho Panza se lanzan a deshacer entuertos, bajo la forma de parodia de las novelas de caballerías, para consumar una ácida crítica a la sociedad de sus tiempos. Poco hemos aprendido y, en El Toboso, aún idealizan a su vecina Aldonza Lorenzo / Dulcinea haciéndonos creer que una morada de hidalgos era la casa de humildes labradores que trabajaban con sus propias manos salando puercos.
Molinos de Viento en Campo de Criptana |
Torreón del Gran Prior |
Alcázar de San Juan fue sede de la Orden del Hospitalaria, de la que solo queda la irreconocible capilla de Palacio (siglo XVI, Centro de interpretación), la casa de Gobernación (o del Regimiento, Residencia de la tercera edad) y el Torreón del Gran Prior (o de Don Juan de Austria, del XIII ampliado en el XVII).
Santa María la Mayor |
Castillo de Consuegra |
Molinos de Consuegra |
Antes que en Alcázar de San Juan, el priorato de los caballeros hospitalarios estuvo ubicada en el castillo de la Muela (siglos XII-XIII) de la cercana Consuegra (provincia de Toledo). La fortaleza es pequeña y compacta y comparte la alargada cumbre del Cerro Calderico con los típicos molinos manchegos.
En el núcleo urbano, el torreón de la Casa de la Tercia es un vestigio del palacio prioral y, ya a la afueras, hay una presa romana (siglos I-II). Como curiosidad, aquí vivió Diego Galán de Escobar que, como Cervantes, escribió sobre su cautiverio en tierras musulmanas y Juan Cobo el primer traductor del idioma chino.
Las ventas satisfacían las de necesidades de los viajeros y las de Puerto Lápice estaban en una transitada ruta que cruzaba Ciudad Real. Pocas de estas posadas han llegado hasta nuestros días y suelen haber sido muy maltratadas, por lo que es un cierto consuelo ver una aquí. Una de las carreteras que salen de Puerto Lápice lleva a Arenas de san Juan y la iglesia románico-mudéjar de las Angustias (siglo XII, cuenta con frescos), pero nosotros tomamos la que va en dirección a Villarrubia de los Ojos, en el nacimiento del Guadiana para sufrir una gran decepción por el estado de devastación del cauce y la vega.
Parque Natural de las Tablas de Daimiel |
Tablas de Daimiel |
Tampoco el Parque Natural de las Tablas de Daimiel se libra de la amenaza de la sobreexplotación de los acuíferos, pese a ser reserva de la biosfera y su importancia para las migraciones de las aves. A primera vista puede no parecerlo pero las pasarelas entre lagunas y juncos ocultan que el agua escasea incluso en primavera.
Motilla del Azuer |
A unos pocos minutos de Daimiel encontramos Manzanares (iglesia de los siglos XV-XVII y castillo de Pilas Bonas del XIII), la desolada venta de Borondo (XVI, en proceso de consolidación) perdida entre fincas y pistas de tierra o Valdepeñas (plaza de España, iglesia del XV-XVIII y recinto íbero del Cerro de las Cabezas).
Calatrava la Vieja |
Por otro camino se va a Carrión de Calatrava y a las ruinas de Calatrava la Vieja (siglos X-XII) que, de mayor asentamiento musulmán en la zona, mudó a cuna de la Orden de Calatrava y quedó desierta a partir del XVI. El abandono ha respetado las murallas y torres de la época omeya o el foso alimentado por el agua del Guadiana mediante ingenios hidráulicos. A sus puertas hay un santuario que pudo ser una mezquita del arrabal.
La capital Ciudad Real no destaca especialmente en el entorno pero no se puede despreciar la puerta de Toledo (siglos XIII-XIV), la catedral de santa María del Prado (XV-XVI, gótico tardío) o las iglesias de san Pedro (XIV-XV, gótica) y Santiago (XIII-XIV, transición del románico al gótico).
Ciudadela de Alarcos |
En su término se haya el parque arqueológico de Alarcos (siglo XII), que experimentó las mismas vicisitudes que Calatrava la Vieja, pues fue una alcazaba musulmana que los castellanos intentaron convertir en inexpugnable y cayó en el olvido tras una dura derrota, dejando como testimonio del suceso una ermita gótica (XIII-XIV).
Convento Castillo de Calatrava la Nueva |
Aunque por el oeste se va Extremadura, enlazando en Mérida con la ruta de la Plata, y hacia el sur llegaríamos a Córdoba, nuestro destino no estaba tan lejos. En el transcurso del conflicto, los caballeros calatravos cambiaron su centro de operaciones a dos montañas separadas por una cañada, conquistando la estratégica alcazaba musulmana de Salvatierra (siglos X-XI, en estado de ruina) y construyendo en el pico opuesto el Sacro-Convento Castillo de Calatrava la Nueva (o de Dueñas, XIII). El cuerpo central de la ciudadela fueron dependencias de la organización (alojamiento del Maestre, archivo, iglesia, convento, hospedería…), rodeadas de todos los servicios necesarios para su defensa (fraguas, hornos, depósitos…) y un poblado para los numerosos residentes.
Clavería |
Pasamos de largo por Calzada de Calatrava, pueblo natal del director de cine Pedro Almodovar y paramos brevemente en Aldea del Rey para curiosear ante el palacio de la Clavería (siglo XVI), desde donde la Orden de Calatrava gestionaría sus intereses en la comarca cuando se trasladó definitivamente a Almagro.
Plaza Mayor de Almagro |
Almagro, municipio con méritos suficientes para ser uno de los más bonitos del país, es un lugar digno para terminar. La plaza Mayor la forman dos largos laterales de edificios homogéneos (siglo XVI), con soportales en la planta baja y galerías en la superior cerradas por ventanas.
Corral de Comedias |
La explanada sirvió para todo tipo de actividades públicas hasta que se obligó a realizar las representaciones teatrales en el contiguo Corral de Comedias (siglo XVII). Una nueva prohibición impide ese uso y continua como mesón-posada, hecho que lo preservó y permitió recuperar una muestra única de este tipo de locales de espectáculos con palcos de madera alrededor de la platea.
La plaza la cierra el Ayuntamiento (siglo XIX) y san Agustín (XVII-XVIII, iglesia barroca usada por el Museo Nacional del Teatro) en un extremo y, en el otro, un templo desaparecido que lindaba con el Palacios de los Maestres de Calatrava (solo queda el torreón y el patio mudéjar) que alberga el Museo Nacional del Teatro, justo reconocimiento a la fuerte vinculación de la ciudad con el teatro.
Palacio de los Marqueses de Torremejía |
La calle Nuestra Señora de las Nieves lleva al pintoresco rincón de la plaza de santo Domingo, flanqueada por el palacio de los Marqueses de Torremejía (XVI-XVII), el de los Condes de Valdeparaíso (XVII-XVIII), la casa del Prior y la iglesia de las Bernardas.
No son los únicos pues, distribuidos por un interesante entramado urbano, se nos aparecen variadas muestras de arquitectura gótica, renacentista o barroca en las mansiones de los Villarreal-Robles (o del Marqués de Las Hormazas), los Fúcares (o Függer, Universidad Popular), los Medrano y la fachada del de los Oviedo (siglo XVI), casas señoriales como la del Mayorazgo de los Molina, la de los Rosales, la del Prior o la portada de los Wessel, sin olvidar el Hospital de san Juan de Dios (XVII, teatro, museo de arte contemporáneo y sala de exposiciones temporales), los conventos de la Asunción de Calatrava (XVI, claustro de dos pisos) y santa Catalina de Siena (XVII, Parador Nacional de Turismo), o las iglesias de la Madre de Dios (siglo XVI), san Blas (antes de san Salvador, XVI), la Encarnación Dominica (XVI) o san Bartolomé el Real (o de la Compañía de Jesús, XVII-XVIII).
En las proximidades, recomendamos la alcazaba de Doña Berenguela (X-XI) en Bolaños de Calatrava.