Ir a sitios interesantes, sin gastar mucho y por tus propios medios es posible. Vive siempre una aventura, en un destino cercano o exótico, porque eso diferencia a un viajero de un turista
Después de recorrer Navarra y la Rioja, el camino Francés se adentra en Castilla y León casi en paralelo al viejo camino de Santiago, o de la Montaña, que contornea las faldas de la cordillera Cantábrica. Andar por este paisaje, típicamente mesetario excepto en su parte inicial y una vez pasada Astorga, es duro en verano y monótono siempre porque los árboles, sobre todo matas de encina y choperas, son escasos y el monocultivo de cereales tiene tonos amarillos pajizos, rotos por los terrosos de los barbechos y el parduzco de las estrechas vegas. Aun así, es una sobriedad serena que contrasta con el azul del cielo o la explosión de verdes en primavera.
Campos de cereal en primavera
Las aldeas, despobladas y envejecidas, conservan alguna casa tradicional y otras que, con peor que mejor gusto, no respetaron ningún criterio o armonía al edificarse o ser rehabilitadas. Un viaje en el que, hasta hace pocos años, se apreciaban diferentes técnicas de construcción popular (piedra, entramado de madera y tapial, ladrillo, adobe o combinaciones de esos materiales) se habría convertido en un baldío, salvo contadas excepciones, si no fuera por la abundancia de monumentos (iglesias, castillos, puentes…) y un patrimonio cultural en peligro (bodegas, palomares…).
Iglesia de santa María en Belorado
Viniendo de Santo Domingo de la Calzada, Belorado podría ser el punto de partida para conocer tierras burgalesas y, para hacerlo, nada mejor que empezar en la plaza Mayor, rodeada de casas porticadas y presidida por la iglesia de san Pedro (siglo XVII), yendo después a la iglesia de santa María (XVI). Visto esto, sólo queda hablar, aunque sean prescindibles, de los restos del convento de san Francisco (XVI, reconvertido en edificio residencial), las ruinas de la Iglesia de san Nicolás (XII-XIII), el convento de Nuestra Señora de Bretonera (XVI) y, fuera del núcleo urbano, el silo (almacén de grano musealizado, acoge una colección de radiocomunicación y la reproducción de una trinchera de la 1ª Guerra Mundial) y las cuevas de san Caprasio, san Valentín y santa Pia, que dieron refugio a ermitaños. A poca distancia, la población de Tosantos tiene una ermita excavada en la roca consagrada a la Virgen de la Peña y las cuevas de los Arancones.
Hospital de s Antonio Abad
Más allá, conviene hacer una parada en Villafranca Montes de Oca, y antes de ascender el macizo del que toma nombre, aprovechar para visitar su iglesia (siglo XVIII), el hospital de san Antonio Abad o de la Reina (XV-XVI, albergue peregrinos reconvertido en hotel) y, ya a las afueras, la interesante ermita de la Virgen de Oca (XII).
Ábside románico de San Juan de Ortega
La carretera continúa entre robledales hacia el puerto de la Pedraja, pasa al lado de lo que fue la ermita de Valdefuentes (siglo XII) y, tomando un desvío durante la bajada, se llega a San Juan de Ortega, pequeño asentamiento formado por la iglesia (de bella cabecera románica, las naves son posteriores), el monasterio-hospedería, un claustro gótico y otro barroco que atestiguan el papel que jugaba en la atención a los caminantes del pasado. Unos kilómetros más allá, el Centro de Recepción de Visitantes de Ibeas de Juarros es el punto de acceso, junto con el de Atapuerca, a los principales yacimientos prehistóricos del mundo (requiere reserva previa).
Cimborrio y torres de la catedral gótica en Burgos
Monasterio de santa María la Real de Las Huelgas
La aproximación a los orígenes de nuestra especie se completa en el Museo de la evolución humana, (expone los principales descubrimientos hechos en Atapuerca) de la ciudad de Burgos. La puerta del arco de santa María (siglo XVI) sirve de antesala a la catedral (XIII, a decir de muchos la mejor expresión del gótico peninsular, tiene un buen museo) embellecida exteriormente por agujas, pináculos y cimborrio e, interiormente, por la capilla del Condestable (XV). Justo al lado está la iglesia de san Nicolás de Bari que forma parte de la relación de templos góticos diseminados por los alrededores: santa Águeda (o santa Gadea de la Jura, ligada a la leyenda del Cid), san Esteban (Museo del Retablo), san Gil, san Lesmes, santa María la Real y Antigua de Gamonal, san Cosme y san Damián, la Merced (el claustro del convento ahora forma parte de un hotel)… hallándose los dos conjuntos más monumentales en el extrarradio: el monasterio de santa María la Real de Las Huelgas (XII, claustro románico y el resto a diversas fases del gótico. Museo de Telas Medievales) y la cartuja de Miraflores (XV, retablo mayor y sepulcros góticos). Otros rincones imprescindibles son el paseo del Espolón, la plaza Mayor, la casa del Cordón (o palacio de los Condestables de Castilla, XV estilo renacentista) y, a voluntad de cada persona, el paseo de los Cubos (torres y muralla), los vestigios del castillo, el Museo de Burgos (casas Miranda e Iñigo Angulo, arqueología y bellas artes) o los recobrados recintos de los Hospitales del Rey (XII-XVIII) y de la Concepción (XVI).
Iglesia de Castrojeriz
Haciendo un corto trayecto se visitael castro Deobrígula (estratos de la edad del hierro y la conquista romana) en Tadajos y se prosigue hasta Hontanas, con la habitual iglesia y su mejor monumento situado en el camino que lleva a Castrojeriz: las ruinas del convento-hospital de san Antón (siglos XIV-XV, gótico). Castrojeriz va recuperando su centro, pero algunos inmuebles acusan el prolongado estado de abandono, y en él puede verse la colegiata de Nuestra Señora del Manzano (gótica, con adicciones posteriores), las iglesias góticas de santo Domingo y de san Juan, la fachada de la casa de los Gutiérrez Barona (XVI) y, en lo alto del montículo, las ruinas del castillo (XIV-XV).
Palomar típico en primer plano y, al fondo, una de las iglesias de Villasandino
Claustro gótico de santa María la Real en Sasamon
En esta ocasión merece la pena tomarse una pequeña licencia, apartarse de la ruta a Santiago de Compostela y recorrer pueblos de las proximidades como, por ejemplo, Villasandino (con dos grandes iglesias y un puente medieval), Olmillos de Sasamon (castillo palaciego del siglo XV) y Sasamon, en el que destacan la iglesia de santa María la Real (XII-XIII, gótica), su extraordinario claustro (XV), la puerta de la muralla y dos puentes.
Ermita san Nicolás en Itero del Castillo
Si se ha seguido esta última propuesta, hay que regresar al término municipal de Itero del Castillo (por carreteras secundarias o las autovías que llevan a Frómista) para contemplar la ermita san Nicolás (albergue del siglo XIII) y cruzar el puente Fitero (XII) por el que se entra en Palencia y en la comarca de Tierra de Campos. El nuevo panorama poco se diferencia del de Burgos pero, poco a poco, se acentuarán las características propias de una zona considerada el paradigma de la Meseta.
El primer lugar de interés es Boadilla del Camino y su iglesia (siglo XVI y posteriores, gran retablo renacentista, órgano y pila bautismal románica).
Iglesia románica de san Martín en Frómista
Canal de Castilla
La cercana Frómista es conocida por la iglesia románica de san Martín (siglo XI), las de san Pedro y santa María del Castillo (gótico tardío) y también por una curiosa obra de ingeniería: la esclusa cuádruple del canal de Castilla (XVIII-XIX), una vía navegable entre Alar del Rey, Medina de Rioseco y Valladolid. Desde aquí se puede iniciar un interesante circuito por los castillos, iglesias y palomares del sur de Palencia.
Nidos de golondrina en el voladizo de un tejado
Iglesia en Población de Campos
Retomando el camino de Santiago, a las puertas de Población de Campos está la ermita de san Miguel (siglo XIII) y, dentro del núcleo urbano, la de la Virgen del Socorro, las dos románicas y construidas en piedra, como la mayoría de edificios religiosos vistos hasta ahora, mientras que la iglesia lo fue, predominantemente, con ladrillo macizo, argamasa y tapial, materiales que se convertirán en habituales según se avance por estas tierras.
Artesonado mudéjar en Villarmentero
A primera vista, la pequeña parroquia de Villarmentero de Campos puede dar la impresión de no tener nada de especial, pero nunca se puede juzgar el contenido por el tamaño o apariencia pues esconde un artesonado mudéjar de madera sobre el retablo plateresco.
Iglesia de santa María la Blanca en Villalcázar de Sirga
Por contra, en Villalcázar de Sirga, y desde el primer momento, destaca una cuidada plaza mayor rodeada por el ayuntamiento (XVIII, palacio de los condes de Villasirga), un pósito de grano, otras construcciones populares y la iglesia de santa María la Blanca (siglo XIII, gótico inicial) con su pórtico protegiendo las esculturas de las arquivoltas de sus dos puertas, sepulcros reales en su interior y un retablo renacentista de magníficas pinturas.
Portal románico de la iglesia de Santiago en Carrión
La importancia que tuvo Carrión de los Condes aún es apreciable en los monasterios de santa Clara (siglos XV a XVII, sobre un palacete mudéjar) o san Zoilo (portada de la iglesia románica, partes góticas y gran claustro renacentista). Al lado de un lienzo de muralla se asienta la iglesia de santa María de las Victorias o del Camino (XII, románica excepto el presbiterio y el cimborrio) y, frente al ayuntamiento, la iglesia-museo de Santiago con uno de los mejores portales románicos de todo el recorrido, mientras que por sus calles se encuentran otras como las de san Andrés, san Julián, Belén…y, también, obras de uso civil como las casas solariegas del marqués de Santillana, la de los Lomana, la de los Girón, la del Águila y la antigua prisión (casa de cultura).
Mosaicos de la villa romana de la Tejada
Al salir de Carrión se presenta una disyuntiva, pues se puede continuar por carretera secundaria hasta Quintanilla de la Cueza y las ruinas de la villa romana de la Tejada (siglos II-IV, conserva mosaicos) o, fuera de la ruta, tomar el desvío en dirección a Pedrosa de la Vega para ver lo que fue una quinta agrícola, mayor y más lujosa, como muestran los magníficos mosaicos de la villa romana de la Olmeda (IV).
Casa típica de una calle de Saldaña
Después de la segunda opción, es recomendable una visita a Saldaña: la plaza Vieja de soportales de madera, el palacio del marqués de la Valdavia (XV, pero profundamente modificado a lo largo del tiempo), la casa torcida y las iglesias de san Pedro (museo de la villa de la Olmeda) y san Miguel, más interesantes por su contenido que por su arquitectura.
Sea cual sea la elección, siguiendo adelante se entra en territorio leonés, una frontera más histórica que real pues los pueblos, con sus iglesias de ladrillo y algunas casas de adobe, el paisaje y las costumbres son muy semejantes a ambos lados.
Iglesia de san Lorenzo en Sahagún
Y el primer alto en la provincia de León será para conocer Sahagún, que fue sede de una poderosa abadía medieval benedictina (queda parte de una capilla mudéjar, una portada del siglo XVII y una torre) pero que hoy tiene como rasgo singular un rico patrimonio mudéjar que ha perdurado en las iglesias de san Tirso (XI, románica), san Lorenzo (XIII, gótica), el santuario de la Pelegrina (XIII, en la iglesia, en una capilla decorada en yesería y en parte de un claustro monacal), la torre de la Santísima Trinidad (XIII, albergue de peregrinos) y la ermita Nuestra Señora del Puente (XII, románica).
Iglesia de San Pedro de las Dueñas
Casas de adobe y tapial revocadas o capeadas en barro
La influencia de la técnica constructiva del Al-Ándalus musulmán aportada por la emigración de los cristianos mozárabesfue de tal alcance (sin olvidar que no existieron alternativas más económicas) que, hasta ahora, todas las iglesias de la comarca siguen esos patrones, sin más diferencias que el tamaño y el añadido de una simple espadaña o la torre de campanario cuadrada. Ahí queda la idea de perderse un poco por aquí, y de de paso ver viviendas y tapias capeadas en barro, ir a San Pedro de las Dueñas para visitar la iglesia mudéjar del monasterio o acercarse al castillo de Grajal de Campos (XVI, el primero diseñado para utilizar la artillería y evitar sus efectos) y el palacio (renacentista), sin menoscabo del convento de Nuestra Señora de la Antigua, el hospital del mismo nombre o la iglesia de san Miguel. En Grajalse reincorporan quienes hayan elegido la opción del Canal de Castilla palentino y sólo falta por decir que, desde Sahagún fuimos al puerto de montaña del Pontón con destino al este de Asturias.
Muralla exterior y torreón del castillo de Grajal
Fachada del palacio renacentista en Grajal
Desde el puente Canto de Sahagún (origen romano, reconstruido en los siglos XI y XVI) se recupera, una vez más, la ruta que motiva este viaje y que en los próximos kilómetros sólo ofrece como distracción acercarse a un tramo de calzada romana que queda al descubierto a partir de un cruce de carreteras vecinales (Calzadilla de los Hermanillos, el Burgo Ranero, Villamuñio) y que, como el camino Francés seguido, lleva a Reliegos.
El siguiente descanso se puede hacer en Mansilla de las Mulas, villa rodeada parcialmente por un lienzo de muralla y torres, aquí llamados cubos, de cantos rodados (siglos XI-XII) y unida a la otra orilla del río por un puente (del XVI, sobre sillares anteriores). Tras perder gran parte de sus bienes culturales, ha rescatado elconvento de san Agustín para acoger el Museo Etnográfico Provincial de León.
Arcos mozárabes de san Miguel de Escalada
Exterior de la iglesia san Miguel de Escalada
Las vegas de los ríos y el regadío dan nuevos colores al horizonte, diferente ya al de la planicie que va quedado atrás, y, poco a poco, la piedra vuelve a ganar espacio a otros materiales, tal y como se puede apreciar al explorar el inacabado monasterio de santa María la Real de Gradefes (siglo XII, son románicos el deambulatorio, el ábside y la columnata de la sala capitular), las originales arquerías de herradura de la iglesia san Miguel de Escalada (X, parte superviviente de un monasterio mozárabe) y el templo de santa María de Sandoval (XII, la cabecera es románica y el resto gótico) en Villaverde de Sandoval. En otro orden de cosas, también está cerca el yacimiento arqueológico de Lancia (lizares de un castro astur-romano) en Villasabariego.
Catedral gótica de León
León es un compendio de la mejor arquitectura, desde la Edad Media hasta nuestros días, del itinerario. Los cubos semicirculares de la muralla romana reciben al viajero antes de llegar a la catedral de santa María de Regla (siglo XIV-XV, al claustro se accede con la entrada al Museo) renombrada como Pulchra Leonina por sus inmensas y bellas vidrieras (del XIII al XVI, y del XIX). Delante de sus puertas, el Museo Sierra-Pambley preservó, como en una cápsula del tiempo, la casa de una familia pudiente y avanzada del XIX: muebles, menaje, paredes empapeladas, calefacción, aseo… La urbe tiene un Ayuntamiento y una plaza Mayor barroca (XVII), que los agricultores ocupan los miércoles y sábado para hacer un populoso mercado, desde donde salen las calles del barrio Húmedo, con los nombres de los oficios que trabajaban en ellas, y hay sitios como la casa de las Carnicerías (XVI, sede gremial renacentista) o el palacio del conde Luna (XIV, gótico y ampliación renacentista).
Hostal de san Marcos en León
La calle Ancha desemboca en la plaza de san Marcelo, donde se ubican otras construcciones de importancia: la iglesia de la que toma la denominación, el Antiguo Consistorio (XVI, renacentista), la casa Botines (XIX, de Antonio Gaudí en su etapa de modernismo neogótico), el palacio de los Guzmanes (XVI, Diputación de León) y, con entrada por la plaza de santo Domingo, el Museo de León (arqueología, arte y etnografía). Detrás de éste reaparece la muralla romana y, resiguiendo su contorno, se halla la basílica de san Isidoro (XII, joya del románico hispano) y las pinturas del Panteón Real (visita inexcusable). Para finalizar, hay que buscar los refrescantes jardines del paseo Papalaguinda y el Antiguo Convento de san Marcos (XV, plateresco, usado, sobretodo, como cárcel hoy es Parador de Turismo), antes de alejarse salvando el puente medieval.
La expansión urbana de León borró los límites con el municipio limítrofe de la Virgen del Camino, reconocible por su moderna basílica (siglo XX, la fachada está ornada por esculturas de Josep Maria Subirachs), peroel entorno se vuelve más rural en dirección a puente de Hospital Órbigo (XII-XIV, llamado del paso Honroso por una justa medieval).
Palacio episcopal modernista obra de Gaudí
En Astorga el camino se cruza con la Vía de la Plata, la calzada romana que viene del sur, y la repercusión comercial de este hecho le permitió levantar sus monumentos más notables: la catedral (de los siglos XI al XVIII, sucesión de estilos gótico, renacentista y barroco churrigueresco) y el palacio episcopal obra del modernista Antonio Gaudí (finales del XIX,Museo de los Caminos). Callejeando hay edificios como el del Ayuntamiento (XVII, por el curioso detalle de los maragatos que tocan las campanas), varias iglesias (muy reformadas en diferentes momentos: san Julián o santuario de Fátima, san Esteban, san Bartolomé y san Francisco), los conventos de santa Clara (XIV, gótico) y el de Sancti Spiritus (XVI) o los albergues de peregrinos del Hospital de san Juan Bautista o el de las Cinco Llagas. Quedan vestigios del pasado romano pero se perdió la oportunidad de dignificarlos (varios bloques modernos desterraron los hallazgos a los sótanos) aunque el museo (sobre el recinto del criptopórtico) y el circuito que ofrece (termas y el mosaico del oso y los pájaros) parecen haber reconducido el tema.
Astorga es la puerta a la comarca de la Maragatería, donde la llanura da paso, definitivamente, a una sucesión de cadenas montañosas y valles que, por historia y costumbres, han marcado a sus gentes con una identidad propia. Siguiendo la carretera se suceden Castrillo de los Polvazares (prototipo de pueblo de este territorio), la Fucarona (explotación minera romana de oro semejante a las Médulas), Santa Catalina de Somoza, Turienzo de los Caballeros (torre del castillo y restos de muralla) y Rabanal del Camino (iglesia románica), entre otros, lugares que espero descubrir en el futuro, como me gustará disfrutar con mayor tranquilidad del amplio valle que conforma otra región natural muy diferenciada, el Bierzo.
Castillo de Ponferrada
Almenas y mantacanes de la puerta del castillo
A la cabeza de una comarca dinámica, Ponferrada cuenta con un castillo (siglo XV, hoy es un centro cultural), el Museo Nacional de la Energía (en la antigua central térmica), el Museo del Ferrocarril, el Museo del Bierzo (palacio de los condes de Toreno) y el Museo de la Radio, al tiempo que puede servir de base para conocer las iglesias mozárabes (Monasterio de San Pedro de Montes, Santo Tomás de las Ollas, la portada de Peñalba de Santiago) o románicas (Santa María de Vizbayo) dispersas por los alrededores, sin olvidar la posibilidad de revivir trabajos tradicionales, como la forja hidráulica en Compludo.
Entre Pieros, Cacabelos y Villafranca del Bierzo se encuentran las ruinas romanas del castro Ventosa o Bergidum, mientras que Cacabelos conserva el ábside románico de la iglesia de santa María y Villafranca del Bierzo, otra localidad importante en la ruta, mantiene edificaciones representativas de diversas épocas: las iglesias de Santiago, san Francisco y san Juan (siglos XII-XIII, románicas pero modificadas a lo largo del tiempo), un castillo-palacio renacentista (XVI), la iglesia y el convento de san Nicolás (XVII) y la colegiata de santa María (fundamentalmente barroca).
Los límites provinciales son siempre inciertos y, tan cerca de Galicia, se puede oír hablar en gallego, a diferencia del resto del Bierzo en el que el dialecto tiene influencias de éste idioma y de otras variantes romances asturleonesas. Otro ejemplo de esos usos compartidos son los teitos o pallozas, cubiertas de paja de centeno que quedan en Paradaseca.
Minas romanas de Las Médulas
Y no se puede salir de tierras leonesas sin visitar el bonito paraje de tierras rojizas cubiertas de robles y castaños que rodea las minas de Las Médulas, las mayores y en mejor estado de todo el imperio romano, un relieve modificado completamente por la mano humana, al utilizar agua a presión para extraer oro, procedimiento denominado Ruina montium.
Castillo de saint-Jean en el puerto viejo de Marsella
Marseilla (Marselha) es, desde la antigüedad, uno de los puertos más importantes del Mediterráneo y su dinamismo la convierte en la segunda ciudad más poblada de Francia pero, como contrapartida, el crecimiento urbanístico, las vicisitudes históricas y, porque no decirlo, algunos errores no han sido precisamente generosos con su patrimonio arquitectónico.
Aún así, el viajero en tránsito entre Montpeller, Nîmes, Arles o Avignon y Nicehará bien en parar y dedicarle unas horas, aprovechar su red de transporte público para proseguir viaje y tener en cuenta que Aix-en-Provence, por su proximidad a los pueblos del Luberon, tiene un mayor atractivo como alojamiento. Desde allí también es posible embarcar con destino a la isla de Córcega.
Musée des civilisations de l'Europe et de la Méditerranée
Iglesia saint-Laurent
¿Qué ver?: El Vieux-Port concentra los lugares más interesantes de Marsella, como la ciudadela de saint-Nicolas (siglo XVII), la iglesia gótica de la abadía de saint-Victor (XIII, alberga una colección de sarcófagos de los siglos IV-V) y, defendiendo la bocana desde la otra orilla, el fuerte de saint-Jean (XIV-XVII), comunicado por pasarelas con la iglesia saint-Laurent (XII-XIII, estilo románico-provenzal) y el moderno edificio del Musée des civilisations de l'Europe et de la Méditerranée.
La avanzadilla del sistema de defensa marítima del puerto era el archipiélago de Frioul que conserva diferentes fuertes, torres y baterías (Ratonneau, Pomègues, Brégantin, la tour de Pomègues…), siendo el enclave más conocido la isla fortificada de If (siglo XVI, también fue prisión estatal).
En otro orden de cosas y desde un punto de vista más paisajístico, la ruta costera por las Calanques alterna los altos acantilados y con recogidas calas.
Catedral de sainte-Marie-Majeure de Marseille
Hôtel-Dieu
Sólo para entusiastas: En la orilla occidental del puerto viejo, cerca del Ayuntamiento de Marsella se encuentra el Hôtel-Dieu de Marseille (siglo XVIII, de hospital ha pasado a ser un hotel), el próximo campanario de la iglesia Notre-Dame-des-Accoules, el hospicio de la Vieille Charité (XVII) para acabar en la catedral de sainte-Marie-Majeure de Marseille (XIX) y lo que han perdurado de la catedral medieval (el coro y una nave lateral románica y vestigios de una iglesia precedente del V), que necesita ser restaurada y puesta en valor.
En cuanto a museos, y sin ánimo de ser exhaustivos, existen diversas propuestas: el Musée des civilisations de l'Europe et de la Méditerranée (apuesta multidisciplinar para dar a conocer la cultura contemporánea en la cuenca del Mediterráneo), el Musée Regards de Provence (piezas artísticas con la Provence como motivo de inspiración), el Musée du Vieux Marseille (Maison Diamantée, dedicado a la vida cotidiana de los marselleses), el Musée d'Histoire de Marseille (que incluye un parque arqueológico), el Musée d'Archéologie Méditerranéenne y el Musée des Arts Africains, Océaniens, Amérindiens (ambos en el complejo de la Vieille Charité). Fuera del centro, el Palais Longchamp alberga los museos des Beaux-Arts e Historia Natural.
Totalmente prescindible: Subir a la iglesia de Notre-Dame de la Garde (siglo XIX, estilo “neo-bizantino”) erigida en uno de los puntos más altos de la ciudad y cuyas vistas panorámicas tampoco responden a las expectativas.
Una interesante propuesta para continuar la ruta iniciada en Arles, y que nos dio a conocer los pueblos y las montañas de las Alpilles, o comenzando viaje en la ciudad de Avignon, consiste en descubrir los paisajes de la Vaucluse y el parque natural Luberon (Leberon), seguramente los más admirables y fotografiados de la Provence (Provença) por los cambiantes colores de sus campos: el lila de la lavanda, los verdes o marrones de las viñas, los diferentes ocres y rojizos de la tierra…
El pueblo de Gordes en la Provenza
La primera parada se hará antes de llegar a la población de Gordes (Gòrda) para ver la escarpada ladera en la que se asienta y por la que sus casas parecen precipitarse en cascada. Una vez en el centro, una plaza une el recinto del hôtel Simiane (actualmente Ayuntamiento, biblioteca y sala de exposiciones) con el castillo renacentista (siglo XVI, hoy en día oficina de turismo y museo dedicado al pintor Pol Mara). Unas calles de pronunciado desnivel pasan por la iglesia de saint-Firmin (campanario del XIV y resto del XVIII), el palacio Saint-Firmin u hôtel Gaudin-de-Lancier (en el que destacan las bodegas) y, antes de llegar a la parte baja de la población, diversos miradores sobre el valle.
Panorámica desde Gordes
Otros edificios del núcleo urbano son la Porte de Savoie o de Costubague, el hôtel Pluvinal, la casa André Lhote, el antiguo albergue de peregrinos de saint-Jacques (XIV-XV)… y, fuera de él, hay que destacar la abadía cisterciense de Sénanque (o Senhanca, austera reconstrucción del XIX rodeada de cultivos de lavanda) mientras que, dispersas por el término municipal, pueden visitarse las ruinas del benedictino saint-Chaffret y diferentes construcciones de uso agrícola, como molinos de agua, el asentamiento del village des bories (en piedra seca y sencillo por su uso estacional) o grandes caseríos agrícolas como los de Imberts, Gros, Martins, Bouilladoires, Bouillons (museo de las vidrieras y el vidrio), Sauvestres, Pourquiers, Marres o Cortasses.
Paredes de la mina de ocre
Calle típica en Roussillon
Una carretera lleva a la cercana Goult (Gòud), con un pequeño castillo (del siglo XIII sometido a múltiples reformas) y algún lienzo de las murallas, para proseguir hacia Roussillon (Rossilhon) y obtener la mejor visión de las laderas rojizas y amarillas que la extracción de la arcilla de ocre dejó a la vista. Además de la bonita visita a la antigua mina a cielo abierto, el pueblo conserva viviendas revocadas con ese material y, en la cumbre, una buena visión panorámica de los alrededores.
Cripta románica de la catedral de sainte-Anne en Apt
Prosiguiendo camino con destino a Apt (Ate) y su catedral de sainte-Anne, ampliada de forma irregular conserva elementos románicos en la cripta, el campanario y en una nave románica (siglo XII), rodeada por las calles del casco viejo en el que se encuentra el centro de interpretación del parque natural Maison du Luberon,museos de historia/arqueología y sobre la industrialización de la región, algunos cimientos de edificaciones romanas…
El mayor atractivo se encuentra en sus alrededores, en los que las personas interesadas encuentran castillos como el château de Roquefure, las ruinas de Rocsalière (o Rocher des druides) o el de Tourrettes, la capilla románica de lo que fue la abadía de saint-Pierre-des-Tourettes o la de saint-Saturnin de Bourganes, el yacimiento galo-romano de Tourville, el puente romano de llamado pont Julien… sin olvidar la belleza natural que ofrece hacer senderismo por el parque del Luberon, incluso en lugares en los que la mano humana ha acabado de darle la forma actual, como el Colorado provenzal, entre las localidades de Rustrel y Gignac, otra explotación minera combinada con la erosión de las tierras de la zona, y que se extiende hasta Forcalquier (Forcauquier) y Manosque (Manòsca), villas de montaña en los Alpes-de-Haute-Provence.
Volviendo hacia la costa mediterráneo con destino a Marseille, la ciudad Aix-en-Provence (Ais de Provença) es una agradable parada que conserva un cuidado centro alrededor de su Ayuntamiento y la torre del reloj (siglo XVI), la catedral del saint-Sauveur (interesante claustro románico, baptisterio y el campanario octogonal góticos, y otros elementos barrocos), el estilizado campanario de la iglesia de saint-Jean-de-Malte (gótica) y, separada por el cours Mirabeau (imperdonable no pasear por él viendo sus bellas fuentes), la ampliación en calles rectilíneas que supuso el Quartier Mazarin. Ha reconvertido varias residencias urbanas de los XVII-XVIII para otros usos, como el hôtel d'Estienne-de-saint-Jean (Museo du Vieil-Aix, sobre la vida en la ciudad con anterioridad a la revolución francesa), el hôtel Boyer-d’Éguilles (Museo de Historia Natural), los palacetes de Castillon, Boisgelin, Baron de Saizieu, el pavillon de Vendôme… al tiempo que en los alrededores recuperó una fábrica de cerillas como Cité du Livre (biblioteca Méjanes) o construyó innovadores edificios como la Fundación Vasarely (siglo XX, museo y sala de exposiciones temporales) o el Pavillon Noir (XXI, Centro Nacional de Danza).