La costa levantina es un
conocido destino turístico pero, para su desgracia, la masificación y la
especulación urbanística acabaron con gran parte del encanto de la zona. El
recorrido propuesto, que empieza en el norte castellonense, servirá
para redescubrir una Comunitat Valenciana a la que merece la pena ir por algo
más que el “sol y playa”.
La península
amurallada de Peníscola (Peñíscola)
es la primera visita y su principal monumento es el castillo-palacio del Papa Luna (principios del siglo XIV, románico
con ampliación gótica). Después se puede ver el curioso Bufador (sifón que va desde el mar a una plazuela), el faro y a la iglesia de santa María o de la Virgen del Socorro (XV, conserva
elementos góticos). Además de sus playas hay que destacar los cercanos espacios naturales del humedal de la Marjal, el acantilado de la
Badum, la Sierra de Irta o los castillos
de Alcalà de Xivert y santa
Magdalena de Polpís en localidades próximas.
Tomando la carretera hacia
el interior, y después de salvar un puerto de montaña, se llega al municipio de
Morella, al que se entra por la puerta de sant Miquel, flanqueada por dos bellas torres octogonales,
que forma parte de una muralla y altas torres (siglos XIV-XV) en muy
buen estado de conservación. Desde allí se continúa hasta el Ayuntamiento (XIV-XV, interesantes
salas góticas) y la cercana iglesia de santa María (XIII-XVI, gótica con
añadidos renacentistas) curiosa por el hecho poco habitual de tener dos
pórticos sobre una misma fachada: el de los Apóstoles y el de las Vírgenes. Después
se asciende por una calle que pasa por el convento de sant Francesc
(XIII-XIV) hasta llegar a las ruinas del castillo (elementos del XIII al XIX).
De vuelta al casco viejo destacan
varios edificios construidos entre los siglos XIV al XVII:
las casas de la Confradia de Llauradors,
la del Consell i els Estudis,
Rovira, Piquer…, los palacios del cardenal Ram (actualmente un hotel), de Ciurana, de Quadres o el del Marqués de Cruilles y, finalmente,
las iglesias de sant Nicolàs
(románico tardío, ahora sala de exposiciones) y la de sant Miquel (Centro de Salud). Fuera de las murallas
destaca la ingeniería gótica del acueducto de santa Llúcia (XIV), junto
a la sencilla ermita de santa Llúcia i sant Llàtzer (XIII-XVIII), y las
pinturas rupestres de Morella la Vella (requiere concertar visita).
Continuando la ruta hacia
el sur, y entrando en tierras valencianas, se encuentra Sagunt (Sagunto) con las
habituales ruinas del castillo en la cumbre y, como elemento singular,
el teatro romano (el resultado de la restauración ha sido muy
controvertida), cerca del Museo Arqueológico en la casa del Mestre Peña (siglo XIV). Del recinto
medieval aún se conservan algunos lienzos de la muralla y torres (XI-XIII),
en la Plaza mayor sus casas porticadas, la iglesia de santa María (gótica
con fachada barroca del XVIII) y la puerta del Almudín (granero público
del XIII), mientras que por el
portalet de la Juderia o de la Sang se accedía al antiguo barrio de la judería o call.
Otras construcciones son el palacio de
la casa dels Berenguer (gótico/renacentista), la
fachada del Palau del Delme o de Pere
el del Punyalet
y la iglesia de El Salvador (XIII, de un sencillo gótico).
En
el término municipal también se puede ver la curiosa ermita
amurallada de sant Cristòfol (siglo XIII), varias casas-fuertes (como el molino
fortificado torre Gausa, la torre de sant Roc, el fortín del Grau Vell, o la alquería fortificada del Aigua Fresca) y
algunos restos de arqueología
industrial de principios del siglo XX: el Horno Alto nº 2, los Talleres
y oficinas de Gerencia, la ciudad
jardín, el barrio de los obreros
o el Sanatorio (hoy Centro
Cívico).
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Castillo de Játiva |
Dejando el
comentario de la visita a la ciudad de Valencia para otra entrada,
el siguiente destino es Xàtiva (Játiva),
coronada por una fortificación compleja
compuesta por el castell Menor y el castell
Major (arquitectura islámica
y gótica) y parte de sus murallas. A
sus pies se encuentra la iglesia de sant Feliu (siglo XIII) desde
donde se prosigue hasta la colegiata o
Seu (XVI-XIX) y el Hospital Real
(XV-XVI, fachada principal plateresca y capilla en gótico tardío), para continuar
hacia el Almodí (depósito y mercado de cereales gótico del XVI, hoy Museu de la Ciutat), caminar por la
señorial calle Montcada pasando por diferentes
palacios nobiliarios, como el de Montortal
(gótico reformado), los Mahíques Sanç (XVII,
acoge la Casa de la Cultura) o, ya en la plaza de la Trinitat, el de los
Alarcó (XVIII, en la actualidad juzgados), para después continuar hasta el palacete de Alejandro VI, en segundo papa Borja, en la plaza sant
Pere.
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Fachada plateresca del Hospital Real
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Menor interés
tienen la iglesia de sant Pere (siglo XIV)
y los elementos que perduran del Reial
Monestir de l'Assumpció (iglesia gótica del XIV, ampliada en estilo
barroco, y el edificio del refectorio) y de los conventos de sant
Francesc (iglesia
del XIV), sant Domènec (reconvertido en centro cultural, conserva su
iglesia también del XIV y ha recuperado parte de la sala capitular, el
refectorio y claustro) y de la Trinitat (sólo se salvó la
portada gótica flamígera en la sede del Archivo Municipal).
La siguiente parada es la alicantina Alcoi (Alcoy), un buen ejemplo de la
renovación urbanística que se podía producir en una pequeña ciudad gracias a la
pujanza industrial a finales del siglo XIX y principios del XX. Dispersos por
sus calles conserva edificios públicos como la Casa consistorial
(mediados XIX, integra un claustro neoclásico en la plaça de Dins) o la antigua
sede del Banco de España (XX, neoclásica,
hoy casa de la cultura); residencias
burguesas neoclásicas como el palacete de Albors (finales del XIX) y
modernistas como la casa del Pavo (remarcable por sus trabajos de forja
y mosaicos decorativos) y la casa
d’Escaló (Conservatorio de Música y
Danza Joan Cantó), o construcciones con usos sociales y fabriles: el Círculo Industrial, la casa de
la Bolla (antigua Real Fábrica de Paños), el Monte Piedad y Caja
de Ahorros de Alcoy (principios del XX), el Parque de bomberos
(principios del XX, art nouveau o modernista), la sede de la empresa Papeleras Reunidas (modernista) o
las fabricas textiles Ferrándiz y Carbonell. De la edad media conserva parte de
la muralla y algunas torres
defensivas como las de Naixa, na Valora
y Riquer (XIII-XIV) mientras que de finales del XX destaca
la Llotja de sant Jordi, aunque la mayor riqueza proviene del folklore
pues cuenta con la representación en marionetas del Betlem del Tirisiti, una original cabalgata de reyes y la
principal fiesta de moros y cristianos.
No se puede olvidar que Alcoi está rodeada por los
montañosos Parques Naturales de la serra
de Mariola y del Carrascal de de
la Font Roja, con miradores alrededor del Castellar, la cascada del
Salt y yacimientos arqueológicos en la
Mola de Serelles (edad de bronce), la Serreta
y el Puig (ibéricos), mientras que
en el valle se encuentra el castillo de
Barxell (siglo XII, propiedad privada en restauración).
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Castillo de Castalla |
Continuado el recorrido entramos en un paisaje mesetario de pueblos en
la falda de una pequeña montaña coronada por un castillo. En Castalla,
a la completa fortaleza (de los siglos XI al XVI) se suma la ermita
de la Sangre (XIII, gótico primitivo), la iglesia (gótica) y el
edificio del ayuntamiento (renacentista) mientras que los castillos
de Sax y Biar poco tienen que envidiar al de Villena, conocido como la Atalaya (XII,
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Castillo de la Atalaya |
de origen musulmán), donde
también se puede visitar el renacentista Palacio
municipal (XVI) la iglesia
arciprestal de Santiago (XIV de estilo gótico y elementos del renaci- miento) o
el Museo arqueológico José María Soler
(acoge los hallazgos del cercano yacimiento del Cabezo Redondo y el Tesoro de Villena).
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Orihuela |
En los límites de Alicante con Murcia, y rodeada por
el verdor de su vega, se encuentra Orihuela, una ciudad monumental en la que un recorrido corto abarcaría la catedral del Salvador
(siglos XIII al XV, de estilo gótico), el anexo palacio episcopal
(XVIII, barroco, hoy en día Museo Diocesano de Arte Sacro), el monumental Colegio Diocesano santo Domingo
o del Patriarca Loazes
(con elementos desde góticos a rococós), la Casa Natal y la Casa-Museo de Miguel Hernández
(recreación de la casa del poeta) y el conjunto de huertas de regadío del palmeral
de san Antón.
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Claustro de la catedral de Orihuela |
Dispersas por su
trama urbana hay varias residencias nobi- liarias de estilo o influencia
barroca: los palacios de Arne- va (Ayuntamiento), Rafal, Pinohermoso (hoy es biblioteca
y archivo), Linde, Granja de Rocamora, Luna (también co- nocido de Teodomiro o de los
Duques de Béjar), Rubalcava … la iglesia de Santiago Apóstol, la de las Santas Justa
y Rufina (góticas) y multitud de edificaciones religiosas barrocas y
renacentistas.
También tiene un Museo Arqueológico, un Museo de la Murallas (restos
de éstas en el sótano de la Universidad Miguel Hernández), algunas torres de
la muralla (Monserrate, Casinello, Embergoñes, Seminario),
la puerta de la Olma o de Elche y
las ruinas del castillo en el monte san Miguel, mientras que, en su término municipal, resultan curiosos
los Mojones del Reino (conocidos como Pinochos) que delimitaban la frontera entre los reinos de
Castilla y Valencia, algunas norias y el puente romano de la Dehesa de
Campoamor.
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Palmeral de Elche |
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Castillo-palacio de Altamira |
Volviendo hacia el norte hay
que detenerse en Elx (Elche) para ver su Palmeral que, gracias al sistema de irrigación árabe, convirtió
en un oasis agrícola los áridos terrenos originales. Las dos huertas de
palmeras más conocidas son la casa tradicional del huerto de san Plácido (Museo del Palmeral) y el cercano huerto del Cura (famosa desde hace cien
años por la palmera imperial). Entre sus edificaciones destacar el castillo-palacio
de Altamira o alcázar de la
Señoría (finales del siglo XV) que acoge el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (hallazgos de los
yacimientos de La Alcudia, el Parque de Elche y el Arenero de Monforte del Cid), la torre de la Calahorra (XII y principios
del XIII, almohade, hoy es una sala de exposiciones temporales), la torre
del Consell (XV, sede del Ayuntamiento y del Centro de Exposiciones de la Lonja) y la basílica menor de santa María
o iglesia arciprestal de Nuestra
Señora de la Asunción (XVII-XVIII, barroco español) en la que se
representa el drama sacro del Misteri d'Elx (o la Festa, representada desde el siglo
XV hasta la actualidad) que cuenta con un museo específico en la antigua ermita
de san Sebastián. Otros museos y espacios, de interés dispar, son el Museo Paleontológico, el Museo de la Alcudia (en el yacimiento
arqueológico donde se encontró la Dama de Elche), el Museo de Arte
Contemporáneo, el Espai d'Art junto al Parque Municipal, los Baños
Árabes (en el Convento de las Clarisas) y el Centro de Cultura
Tradicional Museo Escolar de Pusol (etnología
de la zona).
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Castillo de Santa Pola |
Después de un viaje que ha transcurrido durante muchos
kilómetros por el interior, una parada en Santa
Pola nos devuelve al mar Mediterráneo y a los problemas que supusieron,
hasta época reciente, los ataques piratas que por lo que se necesitaba todo un sistema
de alerta y defensa formado por el castillo-fortaleza de Santa Pola
(XVI, actualmente destinado a funciones culturales como sala de exposiciones,
Museo del Mar, Museo de la Pesca y la Capilla Virgen de Loreto) y torres de vigía como las de Tamarit (en las Salinas), Escaletes (en la
sierra), o la Talaiola (Atalayola,
substituida por un faro en el cabo de Santa Pola). Existen algunos vestigios
romanos en la villa del Palmeral (siglo IV) y Portus Illicitanus (antiguo
puerto de Illici). Desde el mirador de molino de la Calera se tiene una visión de conjunto formado por
la localidad, parte de sus playas y el Parque Natural de las
Salinas de Santa Pola.
El paraje singular del lugar sería el Parque
Natural de las Salinas, que
combina la explotación de la sal con la presencia de aves, peces e
invertebrados, si no fuera porque es el punto de embarque con destino a la reserva marina de la isla de Tabarca repoblada
a partir el XVIII mediante la construcción de un conjunto amurallado con tres puertas, la casa del Governador, la iglesia de sant
Pere i sant Pau, la torre
de sant Josep y el faro.
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Castell de Guadalest |
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Campanario y torre |
Las visitas a Alacant (Alicante) y Benidorm quedan
para mejor ocasión, porque ahora se
trata de tomar una carretera interior con destino a la preciosa población de Castell de
Guadalest, escondida en una montaña coronada por las ruinad de los castillos
de san José y de la Alcozaiba
(origen en el siglo XI) a los que se accede por la casa Orduña (XVII, edificio nobiliario) y en donde también destaca
la iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción (XVIII, barroca) y la
prisión (XII, en los bajos del Ayuntamiento).
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Torre y cúpula de la iglesia de Altea |
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Peñón de Ifach en Calpe |
De vuelta a la
costa, breve parada en Altea para ver en la parte
antigua las dos cúpulas de cerámica de la iglesia de nuestra señora del Consuelo (nada
del otro mundo), para después continuar hasta Calp (Calpe) cuyo principal atractivo es el Parque Natural del Peñón de Ifach,la roca que se eleva de forma abrupta unos 300 metros sobre
el nivel del mar, aunque también pueden ser interesantes los Baños de la
Reina (viveros romanos para
pescado del siglo V) y las fortificaciones del núcleo original: restos de muralla, el baluarte o torreó de
la Peça, o dispersas por el término, como la masía Casanova.
En la cercana Dénia se puede visitar el recinto amurallado del castillo (con edificaciones desde el siglo XII, época musulmana,
hasta el XVIII), ampliable con la visita al Palacio del Gobernador (Museo Arqueológico), para continuar después
por dos de sus arrabales de viviendas
populares, el de les Roques y el
que constituye el barrio de los
pescadores o Baix la mar (XIX),
donde también se encuentran las antiguas
atarazanas (no conservan nada de su estructura
original).
De dispar interés son otras
construcciones dispersas: ermitas (san
Juan, santa Paula, santa Lucía), iglesias barrocas (de la
Asunción, san Antonio, Nuestra señora de Loreto, Jesús Pobre, san Mateo de la
Jara), la casa fortificada de Benitzaina, torres de vigilancia dispersas y yacimientos arqueológicos como los del alto de Benimaquía y el pico del
Águila (ruinas de poblados ibéricos) o
el de la Almadraba (villa
romana), mientras que en el Parque
Natural del macizo del Montgó destaca la cueva del Agua (a los romanos les sirvió de cisterna de agua y los
musulmanes llegaron a utilizarla para el regadío).
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Palacio Ducal de los Borja |
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Universidad o Escuelas Pías |
Para finalizar el viaje, un paseo por el núcleo original
de Gandia cuyas murallas, aunque
sólo quede algún lienzo y torres
dispersas (el torreón del Pino, la Torreta..), rodeaban una de las
mansiones señoriales más importantes del levante, el Palacio Ducal de Gandía de la familia de los Borja (diversas
salones y ampliaciones que van del siglo XV al XVII), la iglesia de Santa
María (gótico del XIV con reformas posteriores), el antiguo Hospital de san Marcos (restos de la
construcción medieval, XIV-XVI, actualmente Museo Arqueológico de Gandía) y, extramuros, contaba con el edificio de la Universidad o de las Escuelas Pías (con
diversos usos y reformas desde el XVI hasta la actualidad).
Diseminadas por los
alrededores se encuentran las alquerías fortificadas del Duc Alquería y de
la Torre dels Pares, las ruinas del castillo de Bairén y, en la
localidad de Alfauir (Alfahuir), el gran monasterio sant Jeroni de Cotalba (con
presencia de elementos de todos los estilos desde el mudéjar al neoclásico).