En cualquier viaje, a veces, parar por cualquier motivo en un lugar cuyo nombre no te suena de nada y descubres un lugar interesante. Eso nos ocurrió con la ciudad de Niort, cuando veníamos de Nantes con destino a La Rochelle, y conocimos la capital del departamento de los Deux-Sèvres en la región de Nouvelle Aquitania.
¿Qué
ver?: En una visita rápida a Niort no podemos dejarnos el
Donjon, dos altas y fuertes torres que
constituían el reducto central del castillo románico, del que también se
conserva la torre de la fortaleza avanzada del fort Foucault. Al lado del
Donjon encontramos el mercado de Les Halles, del siglo XIX construido siguiendo la novedosa arquitectura de
construcción en hierro y acero.
Otras
paradas obligadas son la iglesia de
Notre-Dame de estilo gótico flamígero) y le Pilori, sede del antiguo
Ayuntamiento (renacentista, actualmente sala de exposiciones).
Sólo
para entusiastas: A riesgo de haberme dejado algún monumento
importante, por la brevedad de la visita, hago unos apuntes de otros monumentos
de la ciudad, empezando por sus iglesias como la de
ste-Pezenne (coro y campanario
románicos del siglo XII), st-Florent (del X con elementos prerrománicos),
el temple protestant (gótico con modificaciones posteriores) y otras del
siglo XIX como st-André (neogótica), st-Étienne-du-Port (neogótica),
St-Hilaire, la capilla
del collège st-Hilaire…
Las
calles de Niort conservan edificios y curiosidades de su historia, desigual
interés y mayoritariamente cerrados al público: el Logis d'Hercule
(taberna del siglo XVI), la maison dite
du Gouverneur (XV), el hôtel d'Estissac (renacentista), el hôtel
de Chaumont, siglo XV, prisión desde el XVI al XIX), la maison de la
Vierge (XV, en estado de ruina), el
hôtel de la Roulière (XIX), los
cuarteles militares Du Guesclin (XVIII), el ancien Hôtel de La Marcardière (portal
del XVIII y mansión del XIX), la villa d'Agesci (o maison Rose), la tour du
télégraphe Chappe (antigua torre de comunicaciones), los antiguos bains
juin (principios del XIX, baños de estilo hispanizante) y los dragones de bronce de la rue Ricard.