Después de disfrutar de los yacimientos arqueológicos del crucero por el sur de Egipto, ha llegado el momento de conocer El Cairo (Al-Qahira, القاهرة). La ciruclación caótica y el nefasto urbanismo de esta megalópolis nos producirán una sensación opresiva, pero también encontraremos rincones que mantienen el misterio de oriente.
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El Cairo |
Es posible utilizar el metro o los autobuses en los desplazamientos aunque, al estar el nombre de las paradas e itinerarios en árabe, puede ser complicado. Los turistas suelen llegar a acuerdos con un taxista del hotel, para que los lleve durante todo el día, o regatean en cada trayecto con los que encuentran en la calle.
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Mezquita de Muhammad Alí |
Las pirámides de Guiza están en la otra orilla del Nilo y la necrópolis de Saqqara-Menfis más cerca de lo que parece. Si nuestra estancia en Egipto se prolonga durante varios días, hay varias posibilidades: hacer una visita de un día a Alejandría ir al mar Rojo o a Petra, en la vecina Jordania.
¿Qué ver?: Para tener una buena panorámica del centro de la ciudad hay que subir a la ciudadela de Saladino (siglo XII, ampliada y reformada con posterioridad). Los palacios y cuarteles se han reconvertido en museos (militar, de la policía, de carrozas…) y el edificio más importante es la mezquita de Muhammad Alí (s. XIX).
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El patio de la mezquita Mehmet Alí Pasha |
A la espera de la finalización del nuevo Gran Museo en Guiza, el Museo Egipcio acoge la mayor colección del mundo sobre la civilización egipcia. La nave central está abarrotada de esculturas y féretros y esa es la constante en las vitrinas que exhiben desde objetos religiosos a los más cotidianos. Las salas más codiciadas por los visitantes son las que albergan el ajuar, máscaras y sarcófagos de la tumba de Tutankamon.
Uno de los mayores secretos de la ciudad es el barrio copto, donde podemos visitar varias interesantes iglesias cristianas: santa María (o iglesia Colgante, siglo IV), san Sergio (s. V), la capilla de santa Bárbara y el monasterio de san Jorge.
Destacaremos tres de los cientos de templos islámicos que encontraremos a nuestro paso: la mezquita de Ahmad Ibn Tulun (siglo IX, por su sencillez y antigüedad), el mausoleo y madrasa de Qalaun (XIII, escuela coránica y hospital) y la mezquita-madrasa del Sultán Hasán (XIV).
Las estrechas callejuelas de Jan el-Jalili (o Khan al-Khalili) es un lugar que no necesita presentación. Pocas personas escapan de las sucesión de tiendas, cafés y pequeños talleres.
Sólo para entusiastas: No es lo habitual, pero tal vez quieras conocer la obra de los pintores y escultores que alberga el Museo de Arte Moderno, o profundizar en algunas materias acercándote a las exposiciones de los museos de arte islámico, copto o el textil.
Totalmente prescindible: La ciudad de los muertos es un cementerio musulmán cuyas tumbas han sido ocupadas como viviendas por miles de familias desplazadas por la guerra o la miseria.