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Detalle de la decoración modernista en la Caixa de Sabadell |
Es difícil que el viajero escape a la fuerte atracción que ejercen la ciudad de Barcelona y el litoral Mediterráneo, pero algunas localidades del Vallés Occidental tienen poco que envidiar a destinos turísticos más consolidados.
Comparte el parque natural de la Serra de Collserola con el Baix Llobregat y Barcelona, muy urbanizado en las proximidades de los miradores Tibidabo o Torre Baró, mas con bosques y vegetación típicamente mediterránea en la vertiente vallesana. Al norte, limitando con el Bages y el Moyanés, el macizo de Sant Llorenç del Munt i l’Obac es la propuesta perfecta para las personas aficionadas al excursionismo y en él nos aguardan cuevas, pueblos con encanto (Gallifa, Sant Quirze Safaja…), ermitas y el monasterio de sant Llorenç del Munt, reconstruido siguiendo el patrón románico.
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Elemento románico |
Su relevancia económica difumina un rico legado monumental levantado sobre la base de la agricultura feudal, en el caso del románico, o de la industrialización que precedió al modernismo. Además, Sant Cugat y Terrassa forman parte de uno de los camino a Santiago que, partiendo de la capital catalana, pasa por Montserrat y continúa por tierras de Lleida. Si tenéis la oportunidad de aventuraros por la comarca, os recomiendo hacerlo en transporte público y, preferentemente, utilizando los Ferrocarrils de la Generalitat que comunican las tres ciudades que visitamos.
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Fachada gótica en la iglesia de Sant Cugat |
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Visión de conjunto de la iglesia de Sant Cugat |
Hacemos una primera parada en Sant Cugat del Vallès y nuestro objetivo principal es el que fuera un poderoso monasterio, rodeado por una muralla y varias torres defensivas, para ver los capiteles románicos del claustro (siglo XII), el campanario y la iglesia (XII al XIV, aunque predomina el gótico). Muy cerca está la bodega cooperativa modernista (XX), una variante autóctona de la corriente artística conocida en otros lugares como Art Nouveau, Sezession o Liberty, que también se aprecia en diversas villas (casa Armet y casa Lluch, fundamentalmente).
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La Escuela Industrial |
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La Caixa d'Estalvis de Sabadell |
A pocos kilómetros, los beneficios de la actividad textil desarrollada en Sabadell permitieron a la burguesía llevar a cabo grandes obras utilizando ese estilo: la antigua Escuela Industrial (centro cultural), el mercado central, la sede de la Caixa d’Estalvis de Sabadell, la Torre del Agua…, sentar las bases de la importantísima colección de fósiles del museo del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont o gastar en las piezas de ornamento reunidas por el museo de arte en la Casa Turull. De épocas más lejanas son la casa Duran (siglo XVI), ejemplo masía agrícola, y la iglesia de sant Feliu, gótica en el ábside y con campanario barroco.
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Retablo de piedra en sant Pere |
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Cimborrio de la iglesia de santa Maria |
Seguimos rumbo a Terrassa, donde vamos a disfrutar de los dos hilos conductores del recorrido, pues con el nombre de Ègara detentó la sede de un obispado durante la época visigoda y, corriendo el tiempo, sobre sus ruinas se erigió un conjunto románico que se encuntra entre mis preferidos. La iglesia de sant Pere (siglo XII), la más sencilla de todas, tiene mosaicos en el suelo y un inusual retablo de piedra en el ábside con frescos (X, prerrománico). El templo de santa Maria (XII) presenta una decoración exterior más elaborada, típicamente lombarda, cimborrio y campanario, mientras que, en el interior, encontramos la piscina de un baptisterio, un retablo y pinturas murales (del VI y del XII). Y, dejando lo mejor para el final, la iglesia de sant Miquel de Ègara (VI-XII) conserva las características de la primitiva edificación visigótica: la planta griega, el cimborrio, una columnata en la que se reaprovecharon materiales, pinturas… y una entrada y cripta añadidas posteriormente (IX).
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Interior visigótico de sant Miquel de Egara |
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Exterior de la iglesia de sant Miquel de Egara |
La ciudad también vivió el auge de la manufactura textil y el Museo de la Ciencia y de la Técnica nos aproxima a la arqueología industrial en este sector. Su sede del vapor Aymerich, Amat i Jover (siglo XX) es uno de los mejores ejemplos de arquitectura modernista aplicada a una fábrica, en tanto que el diseño la imprescindible masía Freixa (XIX-XX) fue una arriesgada apuesta para una vivienda señorial y la Escuela de Ingeniería se concebió para uso docente.
Sin tomar al pie de la letra al poeta Pere Quart, que dijo que “com el Vallès no hi ha res” (no existe otro lugar como el Vallès), tal vez se merece algo más que estos breves apuntes pero algunas otras ermitas, masías… interesantes están diseminadas por su territorio y el acceso es más complicado.
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