sábado, 12 de junio de 2010

Potsdam

A muy pocos kilómetros de Berlín podemos visitar Potsdam, ciudad de majestuosos edificios como correspondía al hecho de ser la residencia oficial de la familia real prusiana. Por los alrededores de la ciudad hay numerosos lagos, parques y bosques para recorrer en bicicleta, vehículo que se puede alquilar en la misma estación de ferrocarriles. 

Potsdam está muy bien comunicada por tren con Berlín, aunque hay que comprar un billete para la zona C.

¿Qué ver?: El lugar más destacado en la ciudad es el Park Sanssouci, a unos 2 km del centro de la ciudad, un extenso parque que alberga un complejo de palacios del siglo XVIII. Para recorrer todo el recinto y el interior de las edificaciones es necesario dedicar un día completo y organizar un poco el recorrido, por ejemplo, acercándonos en tranvía o autobús hasta Schloss Charlottenhof (palacio neoclásico), para después caminar hasta los cercanos Römische Bäder (baños romanos junto a una villa de estilo neorrenacentista) y la Chinesisches Teehaus (Casa de Té China rococó). Si queremos guardar fuerzas lo mejor es retroceder hasta la parada del tranvía/autobús, hasta nuestro siguiente destino, el Neues Palais (Palacio Nuevo) el mayor edificio barroco del recinto, aunque también es posible llegar paseando por el parque. Desde allí caminaremos hasta el pequeño Belvedere auf dem Klausberg para dirigirnos con posterioridad al Drachenhaus (construcción de estilo japonés donde hay un pequeño bar) y continuar hasta la Orangerieschloss (palacio neorrenacentista para invitados) con un preciosa vista sobre el parque y Potsdam.

Dos nuevas alternativas se nos ofrecen, acercarnos a Krongut Bornstedt, un conjunto palaciego que nos ofrece en la actualidad talleres, mercadillos, tabernas típicas alemanas y la iglesia Bornstedt Friedhof, o encaminarnos al Schloss Sanssouci (Palacio Sanssouci) de estilo rococó y elevado sobre diversas plataformas adornadas con viñas, flanqueado por los barrocos Schloss Beue Kammern (Nuevas Dependencias) y la Bildergalerie (que alberga una galería de arte del mismo periodo). Para acabar la visita puede ser interesante acercarse hasta la iglesia neorrománica de Friedenskirche.

 



















En el centro urbano de la ciudad han desaparecido diversos edificios como el Stadtschloß (en reconstrucción), aunque conserva la Nikolai-Kirche (iglesia de San Nicolás), el Altes Rathaus (Antiguo Ayuntamiento), la Französische-Kirche (iglesia francesa de planta oval), la cercana St. Meter und Paul (iglesia de San Pedro y San Pablo) que nos acercan al bello Holländisches Viertel (Barrio Holandés), más de un centenar de casas edificadas con ladrillos rojo al estilo holandés, la cercana Nauener Tor (puerta neogótica) y Alexandrowka, barrio de arquitectura rusa con capilla ortodoxa incluida, la Alexander-Newski-Kapelle. 

Sólo para entusiastas: En el Neuer Garten (Jardín Nuevo) podemos visitar otros dos palacios: el Schloss Cecilienhof y el Marmorpalais (construcción neoclásica en mármol), junto con otras edificaciones menores a orillas del Heiliger See. 

En el centro de la ciudad encontramos edificios como el Marstall, pabellón barroco que en el pasado se utilizó como caballerizas reales y actualmente alberga el Filmmuseum (Museo de Cine), el Alte Wache, la Hiller-Brandtsche Häuser, el Stadpalais (grandes almacenes art nouveau)… 

En los Park Babelsber y Volkspark Glienicke, algo más alejados de la ciudad, encontramos otro gran número de construcciones palaciegas y residenciales en un entorno de bosques a orillas del Tiefer See, así como los estudios cinematográficos Babelsberg Studios y la Einsteinturm (torre de principios del siglo XX).

Lo más friky y/o kitsch: La Brandenburger Tor es un arco de triunfo bastante hortera. 

¿Dónde comer?: En las calles Brandenburger Str. y Friedrich-Ebert Str. se encuentra una oferta variada y a unos precios razonables.


Algunas imágenes tomadas de Wikimedia Commons.

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