sábado, 10 de abril de 2010

El Pla de l'Estany y la Garrotxa (Girona)

Iniciaremos esta ruta en Banyoles, la capital de la comarca del Pla de l’Estany, situada a medio camino entre las ciudades de Girona (Gironès) y Figueres (Alt Empordà). Tiene un casco antiguo de origen medieval, pero cuyo mayor atractivo es l’Estany, el lago más extenso de la península ibèrica y un espacio de gran valor geológico y paisajístico, que podemos complementar con la visita al Museu Darder, equipamiento de interpretación de l'Estany y su relación con el territorio. 

Durante nuestro paseo por la ciudad destacamos la arquitectura gótica de diversos edificios como la Pia Almoina (siglos IX-XIV, estilos románico y gótico) dedicada en su tiempo a la beneficiencia y que ahora acoge el Museu Arqueològic Comarcal i el Centre d’Estudis Comarcals; la Llotja del Tint (XV, gótico) donde se teñían tejidos artesanalmente y que ha sido reconvertida en sala de exposiciones de arte contemporaneo; la església de santa Maria dels Turers (gótica de los siglos XIII-XIV y ampliación neoclásica) y un tramo de la muralla (XIII). 

De épocas posteriores encontramos el monestir de sant Esteve de Banyoles (origen románico pero en el que predomina el neoclasicismo); la placeta de la Font con diversos edificios interesantes: can Mirambell (o can Frigola, siglos XV-XVI), la casa Coll, la Pia Almoina...; la placeta del Teatre rodeada por casas como can Buch y que conserva unos lavaderos cubiertos; la placeta del Monestir, en la que se puede ver un tramo de canalización de agua del rec de la Figuera d'en Xo; ca l’Ameller (o mas Peraseca, XVIII-XIX); la masía de can Puig de la Bellacasa (sede del Consell Comarcal del Pla de l'Estany); can Boada y el molino de harina d’en Rabassa Davall. En la cercana población de Puigpalter de Dalt, existe una casa fortificada, can Tassi (también llamada mas o torre d'en Tassi, XIII-XVI), formada por un conjunto de edificaciones de piedra.

De la prehistoria y la antigüedad se pueden visitar la reconstrucción del poblado neolítico de la Draga, el Parc de les Coves Prehistòriques de Serinyà y el yacimento de la villa romada de Vilauba en Camós.


Siguiendo la carretera, entraremos en la comarca de la Garrotxa para visitar el municipio de Besalú, un conjunto medieval muy bien conservado que nos ofrece un agradable recorrido por sus calles y construcciones románicas y góticas, como el puente conocido como Pont Vell (siglos XI-XII y XIV); los restos de la sinagoga y los baños judíos (miqvé del XII) únicos en el país; la iglesia del monestir de sant Pere; el antiguo hospital de peregrinos de sant Julià; una buena muestra del románico civil en la casa Cornellà (o Llaudes); la església de sant Vicenç; las ruinas de la colegiata de santa Maria y la sala gótica del palacio de la Curia Real. Otra curiosidad del lugar es el Museu de Miniatures i Microminiatures que expone una curiosa colección de pequeñas obras de arte en los soportes más reducidos.
 

Nuestra próxima parada será en Castellfollit de la Roca, un pueblo asentado sobre coladas basálticas de origen volcánico que, erosionadas por los ríos Fluvià y Toronell, han formado una atalaya alargada de paredes escarpadas. Las mejores vistas panorámicas se obtienen desde la afueras, más concretamente el carrer de les fàbriques y cruzando la pasarela. Una vez en el núcleo, las viviendas más antiguas, en su mayoría abandonadas o en proceso de restauración, se encuentran junto al templo de sant Salvador, en la punta del promontorio.
 

Si no vais a hacer la propuesta de ruta por el Ripollès, desde donde és más rápido llegar vía Camprodon y Rocabruna, al menos no desaprovechéis la ocasión para tomar la carretera que va a Beget y visitar la impresionante església de sant Cristòfol (siglos XII-XIII), una joya del románico en un pueblo tradicional de casas de piedra a los pies del Pirineo.
 

De vuelta a Castellfollit de la Roca, nos dirigiremos a la capital de la Garrotxa,
Olot, en la que destaca las edificaciones de diversos arquitectos modernistas, visible en lugares como la Pastisseria Ferrer o residencias como las de Pujador, Escubós, Gaietà Vila, Solà Morales, Gassiot, Mas Collellmir, Sibidí, Torre Pons i Tusquets, Masllorens, Riera la ciudad jardín del passeig de Barcelona donde destaca la torre Malagrida, sin olvidar otras construcciones como el renacentista claustre del Carme (siglo XVI), L'Hospici barroco y patio neoclásico (XVIII, actualmente Museu Comarcal de la Garrotxa), las iglesias barrocas de sant Esteve, que alberga una obra del Greco, y la del Tura.

La oferta museística de la ciudad se completa con el Museu dels Volcans en la Torre Castanys (siglo XIX), que nos ofrece una aproximación a la geología, los ecosistemas de la comarca y un jardín botánico; la Casa-Museu Can Trincheria (XVII-XVIII) en la que destaca el mobiliario y la decoración y el Museu dels Sants, dedicado a la imaginería religiosa producida en la ciudad.

En el término municipal de Olot también encontramos la iglesia románica de la Trinitat de Batet (siglos XII-XIII) y un variado patrimonio natural, como el bosque y marismas de los
Aiguamolls de la Deu i la Moixina; el bello hayedo de la Fageda d'en Jordà por el que merece la pena pasear;
el volcán de Montsacopa (o sant Francesc) en el propio núcleo urbano, y otros tres en los alrededores: el Montolivet, la Garrinada y el Bisaroques.
 

Pero la zona más interesante es el Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa en el que es posible ver coladas de lava basática, así como unos cuarenta conos volcánicos inactivos, siendo los más conocidos el de santa Margarida, en cuyo crater está la ermita de santa Margarida de Sacot (siglo XIX) y el Croscat en el que el corte para extracción de mineral permite observar las capas interiores.

Nos encontramos en las estribaciones de la cara sur de los Pirineos, con todas las posibilidades que la cordillera ofrece, y a pocos kilómetros de las comarcas del Ripollès y la Cerdanya.


En esta ocasión, nuestro siguiente destino será Santa Pau, un conjunto de casas adosadas a la antigua muralla en donde destacamos los pórticos de la Plaça Major o Firal dels Bous, el castillo (siglos XIII-XIV), las iglesias de santa Maria (XV-XVI), sant Honorat y, en las proximidades, sant Vicenç (XII), el santuari de la Mare de Déu dels Arcs (ábside románico del XI o el XII) o los restos del monasterio de Sant Julià del Mont (XII).

Algunas imágenes tomadas de Wikimedia Commons.

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