sábado, 14 de marzo de 2009

París - Paris


París es una ciudad relativamente nueva, pues el plan urbanístico del Barón Haussmann hizo desaparecer las estrechas calles medievales para construir amplias avenidas e imponentes edificios. Consiguió su objetivo, pues los planes urbanísticos de otras ciudades no consiguieron los paseos con que cuenta esta ciudad, la integración de sus monumentos en el paisaje y la homogeneidad de sus construcciones. A finales del siglo XX la ciudad se desarrolló en La Défense, construida en la prolongación de los Campos Elíseos

Existe una tarjeta con descuentos para los principales museos y lugares de interés.

La ciudad cuenta con buenas comunicaciones internas en metro y autobús. Versailles está muy cerca y es el principal nudo ferroviario con el resto de ciudades de Francia, Bruselas (a una hora y media), Londres (unas dos horas y media) o Amsterdam (tres horas y media).


Con todo lo que se ha escrito sobre París, poco más se puede decir: ¡A disfrutarla! No te defraudará.

¿Qué ver?: El turista tiene que conseguir equilibrar los recorridos por sus interesantes museos, la visita a monumentos imprescindibles y el paseo por sus barrios.

En el centro encontrarás lugares tan interesantes como éstos:

El
Louvre, contiene colecciones que lo convierten en uno de los museos más importantes del mundo. ¡No intentes verlo todo en un día! Si tienes poco tiempo haz una selección y disfrútalo (si nunca te ha atraído la pintura francesa del siglo XVIII, opción de vida muy respetable, ¿para qué perderte por esas salas?). Si dispones de varios días, haz varias visitas y dedica el resto del día a pasear, ver otros monumentos… Destacamos los siguientes espacios: Antigüedades Orientales, Antigüedades Egipcias, Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas, Artes del Islam, la Mona Lisa de Leonardo da Vinci, la Victoria de Samotrace, la Venus de Milo, el Escriba en cuclillas…
 

Cerca del museo puedes pasear por el Jardín de las Tullerías, situado en la orilla derecha del río Sena. El paseo por las orillas del Sena es una actividad relajante y seguramente encontrarás sorpresas en tu recorrido: puestos de libros usados, barcos-restaurante...

La catedral de Notre-Dame se encuentra en la Isla de la Cîte, y es una de las mejores construcciones góticas, con dos torres, tres pórticos de entrada en la plaza central, sus vidrieras y las famosas gárgolas.

En la Isla de la Cîte también encontrarás la
Sainte-Chapelle, una pequeña iglesia gótica con unas increíbles vidrieras.

Desde los puentes del Sena podrás ver el imponente edifico de la Conciergerie o Palais de la Cité, residencia de los reyes de Francia convertido más tarde en prisión.

En este recorrido por la ciudad, no puedes dejar de pasear por el Quartier Latin, el barrio estudiantil epicentro del mayo del 68, en el que encontrarás bares y pequeños restaurantes.

El museo de Orsay está en una antigua estación de tren, y en él destacamos su colección de pintura Impresionista: Baile en el Moulin de la Galette de Auguste Renoir, Olympia de Edouard Manet, la Catedral de Rouen de Claude Monet. Encontrarás una buena selección de pintores como Vincent van Gogh, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin, Edgar Degas, Paul Cézanne… o escultores como Auguste Rodin.

Y por supuesto la visita a la
torre Eiffel.



Sólo para entusiastas: En el centro puedes visitar el interior de la prisión de la Conciergerie o Palais de la Cité y su museo. En la Plaza del Ayuntamiento puedes ver el exterior del edificio de l’Hôtel-de-Ville (Ayuntamiento de París).

Los
Campos Elíseos es un jardín del siglo XVII, convertido en gran avenida que conecta la Plaza de la Concorde y la plaza Charles de Gaulle. La Plaza de la Concorde fue construida en el lugar donde estaba instalada la guillotina. En la plaza Charles de Gaulle se encuentra el Arco del Triunfo desde el que tendrás una interesante vista de París y de las amplias avenidas que nacen de la plaza.


Cerca del centro encontramos Les Halles, ubicación del desaparecido mercado central, que en el pasado fue una zona marginal de la ciudad (recordemos la película Irma la dulce) donde se han restaurado los edificios de las calles de alrededor. Cerca encontramos el Centre Pompidou y su colección de arte contemporáneo, imprescindible para los amantes de la pintura moderna.

 

En lo alto de la ciudad encontramos Montmartre, barrio de artistas y cafeterías. También desde aquí podemos llegar la basílica de Sacré Coeur desde donde tendremos una gran panorámica de la ciudad.

Alejada del centro podemos visitar la
Basílica de Saint-Denis, la primera construcción gótica del mundo y que acoge las tumbas de los reyes de Francia.

Entre el gran número de museos de la ciudad, destacamos el
Museo Picaso, con una interesante selección de obras de la colección privada del pintor; el Museo de l’Homme, dedicado a la Antropología; el Museo Quai Branly, con arte de las civilizaciones de Africa, Oceania, Asia y América, el museo del escultor Rodin, el Museo de la Edad Media… pero seguramente encontrarás colecciones o espacios dedicados a cualquiera de tus aficiones.


Totalmente prescindible: La plaza de la Bastilla, lugar donde se inició la Revolución francesa, no conserva ningún vestigio relevante.


Lo más friky
y/o kitsch: En una ciudad como ésta, tampoco falta una buena selección de edificaciones de estas características, empezando por el Arco del Triunfo del megalomaniático Napoleón, la pirámide de vidrio construida como entrada del Louvre (porque nos hemos acostumbrado, pero no pega ni con cola), el Sacré Coeur (construido después de masacrar a miles de ciudadanos que participaron en la Comune), el monumento en el lugar del accidente de tráfico de Lady Di... y seguramente me dejo alguna cosa.

Versailles - Versalles




Los reyes de Francia gobernaron el país desde Versalles durante años, por lo que no dudaron en ir construyendo un gran palacio que cubriese sus “necesidades” de protocolo público cómo sus caprichos privados

Tienes la posibilidad de desplazarte en tren desde París, y pasar un agradable día de campo y cultura.

¿Qué ver?: Si ya has llegado hasta aquí, no puedes dejar de visitar el inmenso Palacio, con sus Grandes Departamentos Reales, la impresionante Galería de los Espejos y otras estancias privadas de la familia real, que pueden verse tal como eran cuando estaban ocupados por los reyes.

Puedes dar una vuelta por los Jardines y si quieres caminar, y el tiempo lo permite, recorrer el Parque hasta llegar a los palacetes del gran Trianon y el pequeño Trianon, construidos para que los reyes disfrutasen de intimidad, o la curiosa Aldea de Maria-Antoinette.

También puedes encontrar dispersas por el Parque algunas de las casas del servicio, que puedes ver desde el exterior y que actualmente son propiedad privada.

Sólo para entusiastas: En las dependencias del palacio existe un Museo de Carrozas y el Museo de la Historia de Francia.

Lo más friky y/o kitsch: La Aldea de la reina Maria-Antoinette, que como se aburría se hizo construir un pueblo idealizado, con su molino, casas de agricultores con huertos, y vaquería en la que la propia reina jugaba a ser una pastora.

Tampoco está mal el Gran Canal que los reyes se hicieron construir, en el que llegaban a escenificar batallas navales.