Rememorando una visita a Lisboa hace 10 años

Tendemos vivir de espaldas a Portugal, y viajar en otras direcciones, cuando el país está tan cerca de nosotros y tiene tanto que ofrecernos. No pierdas la oportunidad de acercarte a sus pueblos y gentes.

La ciudad de Lisboa tiene un poco de todo y en la medida justa: pintorescas calles, interesantes museos, preciosos edificios manuelinos... y lo disfrutarás todo sin los engorrosos inconvenientes de otros destinos de turismo masificado.

Sus tranvías y elevadores te acercan a cualquier sitio de la ciudad, que también cuenta con buenas comunicaciones mediante transporte público para hacer excursiones a las cercanas Estoril, Cascais o Sintra. Así mismo, desde aquí también puedes iniciar una ruta hacia el norte de Portugal (Óbidos, Nazaré, Coimbra, Oporto) acabando tu viaje en la población gallega de Tui, o hacia el sur con destino al Algarve y saliendo del país hacia Huelva. Otra opción para ir a Lisboa es hacerlo en tren desde Madrid, o cualquiera de las paradas intermedias (Ávila, Medina del Campo, Salamanca o Ciudad Rodrigo).

El elevador de santa Justa

¿Qué ver?: En el centro hay que visitar la praça do Comercio (siglo XVIII) y callejear por las ruas del barrio de Baixa (Augusta, Prata, Douradores, Ouro...) fruto de la reconstrucción de la ciudad tras un gran terremoto. El elevador de santa Justa (XIX) salva el desnivel hasta las ruinas góticas del convento do Carmo.

Catedral de Lisboa

Si subes desde el centro dirección a la catedral (siglo XII, románica) sentirás que ya has estado allí, lo que no es extraño pues la publicidad y algunas películas han tomado ese encuenadre con tranvías descendiendo. También puedes subir hasta el castelo de sao Jorge (XII, residencial real medieval) para tener unas excelentes vistas de Lisboa y después perderte por las empinadas callejuelas de la Alfama donde, si nada ha cambiado en estos diez últimos años, puedes ver a las vecinas haciendo sardinas a la brasa a mediodía.

Detalle del estilo manuelino en el monasterio de los Jerónimos

Fachada sur del mosteiro dos Jerónimos

Fuera del centro, en la zona de Belém encontrarás su famosa torre. No debes perderte una visita al Monasterio de los Jerónimos (siglo XVI, Museo Nacional de Arqueología), impresionante construcción renacentista, que en Portugal adopta el nombre de estilo manuelino.

Sólo para entusiastas: Existen interesantes museos para conocer algo más de la cultura portuguesa, como el Museo de Arte Popular (en Belem), el Museo do Chiado (en el centro), el Museo de Arte Antiguo o el Centro de Arte Moderno.

En tren por el norte de Portugal

Hace ya 10 años, montamos en un tren que salía de Lisboa e iniciamos un viaje por diversas localidades del norte de Portugal. Fue una aventura en antiguas locomotoras, viendo como las mujeres substituían a los jefes de estación porque se jugaba un partido de fútbol de la máxima rivalidad, buscando al dueño de una pensión para pagarle... en definitiva, inolvidable.

Palácio Nacional de Sintra

Ventanas del palacio

Nuestra primera parada fue en São Martinho con intención de entrar en el Palácio Nacional de Sintra (o de la Vila, siglos XVI al XVIII, Patrimonio de la Humanidad), fácilmente reconocible por dos grandes chimeneas cónicas. En su interior se suceden patios, jardines y estancias alicatadas y amuebladas con objetos de época.

Las murallas y torreones del castelo dos Mouros

El resto de monumentos están a las afueras y enlazados mediante un autobús urbano que lleva a los pies de las ruinas del castelo dos mouros (siglos VII al XIV) y, después, al palacio da Pena (XIX), el sueño romántico de un principe de Baviera. La mansión y la decoración de las habitaciones son eclécticas y evocadoras de un arte idealizado, imitando el gótico, renacentista...

Entrada al palacio da Pena

Detalle del palacio da Pena

Por último mencionaremos las villas o palacetes del término municipal de Sintra (la Quinta Nova da Assunção o la Quinta de Ribafria) y los miradores sobre el océano Altántico: cabo da Roca, Cruz Alta, Vigia, Ferraria...

La población amurallada de Óbidos

Casa típica del centro

Siguiendo adelante, bajamos en la estación del pequeño y encantador pueblo amurallado de Obidos, en el que visitamos la puerta de la villa y el castillo medieval (siglo XII), y recorrimos las calles, plazoletas y el camino de ronda de las murallas.

El castillo de Óbidos

La muralla

También conserva algunos templos: la iglesia de santa María (siglo XV y decoración interior del XVII y XVII), la de la santa Casa da Misericórdia (barroca), la capela de são Martinhoo (XIV, gótica), la ermita de nossa senhora do Carmo (estilo gótico sobre restos romanos) o la de nossa senhora de Monserrate (barroca). Fuera de la localidad se encuentra el santuário do senhor Jesus da Pedra (XVIII, barroco).

En contraste, Nazaré es una población pesquera situada en la costa atlántica de Portugal de sencillas casas blancas. Es un destino ideal para disfrutar de las playas y donde, hace años, a determinadas horas de día se veían los trabajos de los marineros y de las remendadoras de redes.

La playa de Nazaré y O Sitio

La ascensión al promontorio conocido como O Sitio lleva al santuário de nossa senhora da Nazaré (siglos XIV al XX, pero barroco en lo fundamental) y al forte de são Miguel Arcanjo (XVI). Desde allí, un camino pasa por miradores sobre el mar.

Vista general de la ciudad y la Universidad

Unos kilómetros más adelante, Coimbra es la ciudad universitaria portuguesa por excelencia. Lo más sobresaliente del recinto de la Universidad (Patrimonio de la Humanidad) es la plaza del pátio y paço das Escolas, envuelta por las fachadas de una construcción del Renacimiento con balcón neoclásico posterior (siglos XVI al XVIII, en lo que fue la Alcáçova o alcazaba musulmana), la capela de são Miguel (XVI) y la Biblioteca Joanina (XVIII, barroca).

Universidade de Coimbra

La Sé Velha

Capela de sao Miguel

Entre los edificios religiosos de la villa destacan la Sé Velha (siglo XII, románica y claustro gótico), la Sé Nova (catedral renacentista y barroca), las iglesias de la Santa Cruz, são Tiago (XII-XIII, románica y gótica), santa Clara-a-Velha (XIII-XIV) o el mosteiro de santa Maria de Celas (del XIII al XVIII).

La ciudad está rodeada de torres y puertas (Férrea, Almedina...), cuenta con un jardín botánico o se puede conocer más de la arqueología del lugar en el Museo Nacional Machado de Castro.

La primera impresión en Oporto (Porto), después de la anterior etapa, fue algo decepcionante, pero se disipa pronto. En el casco viejo del barrio de la Ribeira (Patrimonio de la Humanidad) convivieron una importante actividad comercial con viviendas y palacetes góticos, como la casa do Infante (siglo XIII, museo de historia de la ciudad). También es interesante el palácio da Bolsa (XIX) cuya anodino exterior neoclásica esconde el curioso salón Árabe o el Pátio das Nações, la torre dos Clérigos (XVIII, barroca), el mercado modernista de Ferreira Borges (XIX), las catacumbas de la iglesia de são Francisco (XIX)...

Detalle del claustro de la catedral

Catedral

Azulejos en el claustro

Aunque habíamos visto otros murales de azulejos en Portugal, e incluso más antiguos, nos impresionaron los del claustro de la catedral (siglos XIV-XV, gótico), en la que es reconocible la arquitectura románica de sus inicios (siglos XII-XIII, e intevencios posteriores), la fachada de la iglesia de são Ildefonso (XVIII) o la estación de ferrocarril de são Bento (XIX).

Ponte Luiz I

A orillas del río Douro, nuestros Duero, están los puentes (das Barcas, Maria Pia, Arrábida, do Infante, Luiz I, do Freixo), las famosas bodegas de vino y algunos fortines defensivos (são Francisco o são Joao da Foz).

Sin tiempo para continuar ruta por los alrededores de Oporto, finalizamos saliendo en tren por Valença do Minho con destino al sur de Galicia.