Ir a sitios interesantes, sin gastar mucho y por tus propios medios es posible. Vive siempre una aventura, en un destino cercano o exótico, porque eso diferencia a un viajero de un turista
En esta ocasión nos moveremos por la orilla oriental del mar Adriático, en lo que fuera la región de Dalmacia, para conocer tres verdaderas perlas del Patrimonio de la Humanidad, consideración que merecen por los vestigios del periodo imperial romano, sus imponentes plazas fuertes y las variadas manifestaciones arquitectónicas de su rico pasado.
Frente marítimo de Kotor
A veces no tienes ganas de complicarte la vida preparando una ruta, y menos durante los cortos días del mes de noviembre, por lo que nos decidimos a probar una cosa nueva y, pese a que habitualmente huimos de las excursiones organizadas y teníamos cierto prejuicio contra el turismo en crucero, caímos en él.
Calle en Dubrovnik
Lo único que sabíamos sobre este tipo de travesías provenía de la publicidad, la historia del Titanic y los episodios de Vacaciones en el Mar… pero todo sería muy diferente a lo previsto. El ambiente es familiar, alejado del esnobismo o garrulería que presuponíamos, y permite viajar a personas mayores, con limitaciones de movilidad o con niños, sin cambiar de hotel, arrastrar maletas y soportar largos traslados. La otra cuestión candente, las emisiones nocivas, es de fácil solución limitando el uso de esos componentes en el combustible, conectando la embarcación a la red eléctrica de los muelles y reduciendo los residuos.
Torre de Sveti Dujma
Si alguien me pregunta si repetiría la experiencia, diré que no lo descarto siempre y cuando nos ahorre desplazamientos complicados, los barcos se detengan en destinos interesantes o nos dé otro ataque de pereza.
Empezamos en Venecia, buen lugar para regresar, y rebasamos Grad Poreč sin efectuar escala. Las líneas regulares de autocar que parten de Trieste son el medio más efectivo de alcanzar la basílica paleocristiana de Eufrazijeva (siglo VI) que les hizo obtener el más alto reconocimiento de la UNESCO.
Palacio de Diocleciano en Split
Puerta Áurea romana
Detalle fusión construcción
Lateral del recinto
Atracamos en la ciudad croata de Split, frente a la fachada marítima del palacio de Diocleciano (siglo III) que fue compartimentada como viviendas al final del Imperio romano. Ese lateral y el de la puerta de la Plata están ocultos por las sombrillas de los bares y los toldos del mercadillo, pero disfrutaremos en toda su plenitud de la puerta Áurea.
Narodni Trg u Splitu
Siguiendo el contorno del recinto llegamos a la plaza Narodni Trg u Splitu, donde se encuentra el antiguo ayuntamiento (siglo XV, sala de exposiciones), un edificio art déco y, entre la torre del reloj y el palacio Ciprijanova (XIV), la puerta de Hierro.
Mausoleo de Diocleciano y catedral
Columnata
Templo de Júpiter
Pila o piscina bautismal
Atravesamos el arco y, unos metros más allá, se halla el corazón del complejo: el Mausoleo de Diocleciano, al que se añade campanario (románico y gótico) al transformarse en catedral de sveti Dujma.
Subsuelo del palacio
No dudéis en pagar la entrada combinada, porque en su interior se alternan elementos decorativos paganos con otros cristianos y da derecho a acceder al cercano templo de Júpiter, reconvertido en baptisterio, con una de las cubiertas romanas mejor conservadas que he contemplado. Los sótanos, llenos de puestos de artesanías, ofrecen una recorrido por los sólidos cimientos de la construcción.
Claustro del convento franciscano
Palacio Papalic
Prokurative
Dentro de las paredes de la mansión, cabe mencionar el palacio gótico Papalic (siglo XV, museo de la ciudad) y, fuera de ellas, la explanada de Voćni Trg y su torre veneciana (XV), los inmuebles neoclásicos de Trg Republike (o Prokurative) y el austero claustro del convento de los franciscanos.
Apartándonos del centro, tenemos la oportunidad de ir al museo arqueológico, al monasterio de sveti Ante, la iglesia circular de sveta Trojica (siglos VIII-XI), el parque del cabo Marjan, con una panorámicas inmejorables y varios santuarios, o las ruinas de un cuartel romano en Klis.
La isla amurallada de Trogir, otra pequeña joya Patrimonio de la Humanidad a media hora en autobús, encierra iglesias y construcciones románicas, el palacio Ducal (siglo XIII), la logia (XV), la catedral (XIII a XVI)… y estaba reforzada por el castillo del Kamerlengo (XV). A mayor distancia y, por lo tanto, más difíciles de alcanzar sin perder el barco, también obtuvieron esa distinción Šibenik, por la catedral de sveti Jakova (XV-XVI, gótica y renacentista) y la llanura de Stari Grad, en la isla de Hvar, al preservar las fincas agrícolas, delimitadas por paredes de piedra seca, según patrones originarios de la Grecia clásica.
Fortín de Lovrijenac
Bastión Bokar o Zvjezdan
Fuente Onofrijeva
La singladura nos lleva a Dubrovnik (Ragusa, en su época de ciudad-Estado independiente) y el servicio público de autobuses nos traslada al formidable conjunto de murallas, bastiones y reductos, como el de Lovrijenac o los distribuidos estratégicamente por las montañas. Cruzamos la puerta abierta en el lienzo que va de la torre Minčeta al fortín Bokar (Zvjezdan) y encontramos una plazoleta, con la fuente Onofrijeva (XV) enmedio, flanqueada por el monasterio franciscano (claustro románico tardío y antigua farmacia) y el convento de sveta Klare (XII-XIV).
La calle Stradum o Placa
Calle Stradum (o Placa) adelante observamos que los edificios guardan una gran uniformidad, resultado de la reconstrucción tras el gran terremoto del siglo XVII. A los lados, empinados callejones ascienden hacia las murallas y, la mayoría de ellos, tienen más escalones que descansillos.
Fachada del palacio del Rector
Plaza del palacio Sponzola
Interior de Sponza
Escalinata al portal de la iglesia
Al final se abre en una la plaza en la que se alzan, a la izquierda, el palacio de Sponza (siglo XVI, gótico-renacentista, archivo de Ragusa), enfrente, una puerta, un campanario con reloj y el palacio del Rector (Knežev dvor, XV-XVII) y, a la derecha, la iglesia barroca de sveti Blaža.
Traspasamos el portal e iremos por un camino de ronda encajonado entre la muralla marítima y el monasterio dominico, conformado por una iglesia gótica, el claustro (tránsito del gótico al renacimiento) y algunas capillas secundarias.
El puerto viejo con el fuerte sveti Ivan y el arsenal
Salimos por Ploča, que estuvo unida por un puente levadizo al fuerte Revelin, y desde el que obtenemos una de las mejores imágenes del castillo sveti Ivan (XIV-XVI, museos marítimo y etnográfico), el puerto y el arsenal.
Puente entre Ploča y el Revelin
El castillo de sveti Ivan
Ahora es el momento de disfrutar de aquello que más os guste: el paseo de la muralla (por el adarve o el exterior), entrar en la catedral, en la iglesia de los jesuitas (ambas barrocas), callejear, subir en teleférico al mirador de la fortificación Imperial, darse un baño en las playas… Con una estancia más prolongada tomaríamos un transbordador a la isla del parque natural de Mljet, o nos adentraríamos en tierra firme buscando las lápidas medievales (stećci, Patrimonio de la Humanidad) diseminadas por el sur de Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia y Montenegro.
Fortín de la isla Mamula
Castillo de la punta Prevlakam
Navegamos rumbo a las aguas de éste último país y, rebasando los castillos de la punta Prevlakam y la isla Mamula, penetramos en las bocas de Kotor, espectáculo de la naturaleza que te retendrá en cubierta para no perderte los estrechos, bahías e islotes de Gospa od Škrpjela (iglesia del siglo XVII) y sveti Dordje (monasterio del XII y cementerio) del municipio de Perast (Пераст).
Kotor, la ermita de Gospe od Zdravlj y la ciudadela de sveti Ivan
Y, dado que carecía de referencias sobre la localidad, la sorpresa fue rotunda al ver el foso y la muralla de Kotor (Котор), la escarpada pared de roca que le guarda las espaldas y la ciudadela que se perfila en la cumbre.
Iglesia de sveti Luka
Una vez en tierra, la primera impresión no se desvanece y, franqueado el muro, giramos a la izquierda y tomamos una callejuela, que pasa ante las iglesias de sveta Klara (siglo XVIII, altar barroco) y sveti Nikola (XX), para desembocar en una plazoleta presidida por el oratorio románico de sveti Luka (XII). Proseguimos por la misma vía y nos plantamos en el templo de sveta Marije Koleđate (XIII).
Fortificación de sveti Ivan
La bahía de Kotor desde Gospe od Zdravlja
Allí comienza la ascensión a la ermita de Gospe od Zdravlja (o Marije Koleđate, siglo XVI) o, quien tenga fuerzas, hasta las ruinas de la fortaleza veneciana de sveti Ivan (XV-XVIII). El sistema de defensivo se completa con parapetos y torres suspendidas en el acantilado, que unían el recinto inferior con el superior. En cualquier caso, obtenemos una perspectiva aérea del entramado urbano y, mirando al horizonte, de la bahía.
Foso, muralla y torre que rodea Kotor
Descendemos la montaña intentando tomar la senda en dirección a la puerta sur, punto menos frecuentado por los turistas, y regresar al digno colofón de la jornada: la catedral románica de sveti Tripuna, (siglo XII, restaurada y con añadidos posteriores), apreciando el baldaquín gótico de piedra, el retablo de plata y la muestra de arte religioso que alberga el piso superior. También, según el gusto de cada cual, puedes visitar el museo marítimo del palacio Grgurina o la capilla sveta Pavla, donde se exponían las esculturas de un artista local.
Aunque no ha entrado en la lista de monumentos mundiales, Cetinje (Цетиње) también es una población amurallada que preserva un monasterio del siglo XVIII o diversos palacios y embajadas de su etapa como capital de Montenegro.
Después de este paquete básico, cada compañía de cruceros completa el itinerario a su manera. Algunas salen al mar Jónico dirigiéndose a la isla de Corfú, el puerto de Katakolo (yacimiento de Olimpia), recalando en Atenas, las islas del Egeo o, incluso, en Estambul, mientras que otras profundizan en la costa adriática italiana, deteniéndose en Bari, Rávena, Trieste…