Bordeaux (Bordeu), capital de la región de Aquitania, ha sido enriquecida y embellecida cíclicamente por el cultivo de la vid y un puerto comercial que, situado al final de un estuario atlántico en la desembocadura del también navegable río Garonne, era la puerta al sur de Francia.
Es una parada imprescindible de camino a Nantes y la Bretaña, ya sea al pasar la frontera por Irún o viniendo desde Toulouse, con las que tiene buena interconexión utilizando el transporte público, igual que con la cercana a La Rochelle.
Place de la Bourse |
¿Qué ver?: En el siglo XVIII, aprovechando uno de los periodos de prosperidad económica, Burdeos fue el banco de pruebas de la arquitectura francesa de la Ilustración preservada, aún hoy en día, en su centro urbano de estilo neoclásico. Pasear por él es un regalo para la vista pues casi no existen estridencias arquitectónicas, las edificaciones guardan una gran homogeneidad y son representativas de los diferentes estratos sociales (palacios, viviendas de la burguesía, calles de artesanos…).
Las construcciones públicas más destacadas de ese periodo son el palais Rohan (palacio arzobispal convertido en ayuntamiento) junto a la catedral, el Grand Théâtre en la place de la Comédie y los Hôtels des Fermes du Roi y de la Bourse (Chambre de Commerce et de l'Industrie de Bordeaux) en la place de la Bourse.
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Campanario de saint-Michel |
El afán renovador dejó en pie construcciones góticas importantes como el campanario (siglo XIV) de la basílica de saint-Michel (XIV-XVI con elementos flamígeros) más alto que el de la propia catedral de saint-André (XIII-XIV), conocido como la tour Pey-Berland (XV), y los únicos restos que han perdurado de los sistemas defensivos del siglo XV: dos torres del castillo Fort du Hâ, la Grosse Cloche (campanario municipal) y la Porte Cailhau.
Sólo para entusiastas: Otras grandes plazas rodeadas de inmuebles neoclásicos son la place du Parlement, la de la Victoire y la de la République aunque, como parque, el más hermoso es el jardin des Lumières en la ribera del Garonne, recuperada a principios del siglo XXI.
Palais Rohan |
Burdeos ofrece al visitante exposiciones representativas de diferentes épocas, como la del Musée des Beaux-Arts (pintura y escultura desde el siglo XVI al XX), el de Art Contemporain (fondos del último tercio del siglo XX en adelante, en un almacén de productos coloniales del XIX) o el dedicado a las artes decorativas (Hôtel de Laland, el palacete ya es, en sí mismo, un monumento). Otros museos están más vinculados a la historia de la región, como el Musée d’Aquitaine (arqueología y etnografía), el Centre National Jean Moulin (archivo de la Resistencia y la Segunda Guerra Mundial) y la base de submarinos alemanes, o a su comercio: el Musée National des Douanes (Hôtel des Fermes), el del Vino (bodega des Chartrons) o de obras de maestría gremial (Musée des Compagnons du Tour de France). Para acabar, tambien cuenta con otras instituciones especializadas en historia natural, etnografía (África, Asia y Oceanía), telecomunicaciones, aeronaves (Conservatoire de l'air et de l'espace d'Aquitaine)…
Otros edificios religiosos que pueden verse son los vestigios paleocristianos en la basilique saint-Seurin (cementerio del siglo VI, el edificio es posterior: pórticos románico y gótico…), la decoración románica de la iglesia de la Sainte-Croix (en el pórtico, bóvedas y nave, el resto es una reconstrucción del XIX) y, en la vecina localidad de Gradignan, la Ensemble Jacquaire de Cayac (XIII) compuesta por una iglesia y un convento que albergaba a los pelegrinos en su camino hacia Santiago de Compostela.
En el cercano municipio de Pessac se encuentran los Quartiers Modernes Frugès, una ciudad-jardín proyectada por el arquitecto Le Corbusier.
Totalmente prescindible: Si la estancia es corta, puede prescindirse de las ruinas del anfiteatro romano Palais Gallien, el convento de la Annonciade, las iglesias de saint-Éloi y saint-Pierre (todas ellas del siglo XV) o las de saint-Paul, saint-Bruno y Notre-Dame (barrocas).
Juzgados de Burdeos |
Lo más friki y/o kitsch: Si alguien pretendía llamar la atención superó todas las expectativas con los nuevos juzgados de Bordeaux, unos conos de madera rodeados de paredes de vidrio y techumbre ondulada: no se sabe si son prácticos, ni se puede decir que sean bonitos pero sí toda una sorpresa.